Nueva Biblia Latinoamericana
Y éste, como un esposo que sale de su alcoba, Se regocija como hombre fuerte al correr su carrera. (Salmos 19:5)
De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el otro extremo de ellos; Y no hay nada que se esconda de su calor. (Salmos 19:6)
La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; El testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo. (Salmos 19:7)
Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; El mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.
El temor del SEÑOR es limpio, que permanece para siempre; Los juicios del SEÑOR son verdaderos, todos ellos justos; (Salmos 19:9)
Deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, Más dulces que la miel y que el destilar del panal. (Salmos 19:10)
Además, Tu siervo es amonestado por ellos; En guardarlos hay gran recompensa. (Salmos 19:11)

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Salmos 19:8 - Referencia Cruzada

A fin de que guardaran Sus estatutos, Y observaran Sus leyes. ¡Aleluya! (Salmos 105:45)
Angustia y aflicción han venido sobre mí, Pero Tus mandamientos son mi deleite. (Salmos 119:143)
Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque se me llamaba por Tu nombre, Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos. (Jeremías 15:16)
Entonces todo el pueblo se fue a comer, a beber, a mandar porciones y a celebrar una gran fiesta, porque comprendieron las palabras que les habían enseñado. (Nehemías 8:12)
porque Abraham Me obedeció, y guardó Mi ordenanza, Mis mandamientos, Mis estatutos y Mis leyes." (Génesis 26:5)
Considera y respóndeme, oh SEÑOR, Dios mío; Ilumina mis ojos, no sea que duerma el sueño de la muerte; (Salmos 13:3)
Porque en el hombre interior me deleito con la Ley de Dios, (Romanos 7:22)
Por tanto, estimo rectos todos Tus preceptos acerca de todas las cosas, Y aborrezco todo camino de mentira. (Salmos 119:128)
Y te alegrarás en tu fiesta, tú, con tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el Levita y el extranjero, el huérfano y la viuda que están en tus ciudades. (Deuteronomio 16:14)
Cánticos para mí son Tus estatutos En la casa de mi peregrinación. (Salmos 119:54)
Ayin. He practicado el juicio y la justicia; No me abandones a mis opresores. (Salmos 119:121)
entonces sucederá que al lugar que el SEÑOR, su Dios, escoja para morada de Su nombre, allí traerán todo lo que yo les mando: sus holocaustos y sus sacrificios, sus diezmos y la ofrenda alzada de su mano, y todo lo más selecto de sus ofrendas votivas que han prometido al SEÑOR. (Deuteronomio 12:11)
Pues mediante la Ley yo morí a la Ley, a fin de vivir para Dios. (Gálatas 2:19)
¿Es entonces la Ley contraria a las promesas de Dios? ¡De ningún modo! Porque si se hubiera dado una ley capaz de impartir vida, entonces la justicia ciertamente hubiera dependido de la ley. (Gálatas 3:21)
Si Tu ley no hubiera sido mi deleite, Entonces habría perecido en mi aflicción. (Salmos 119:92)
Me deleito en hacer Tu voluntad, Dios mío; Tu ley está dentro de mi corazón." (Salmos 40:8)
Nun. Lámpara es a mis pies Tu palabra, Y luz para mi camino. (Salmos 119:105)
Que profieran mis labios alabanzas, Pues Tú me enseñas Tus estatutos. (Salmos 119:171)
Bendito Tú, oh SEÑOR; Enséñame Tus estatutos. (Salmos 119:12)
Porque el SEÑOR da sabiduría, De Su boca vienen el conocimiento y la inteligencia. (Proverbios 2:6)
Pero si tú, que llevas el nombre de Judío y te apoyas en la Ley; que te glorías en Dios (Romanos 2:17)
¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la Ley? ¡De ningún modo! Al contrario, yo no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la Ley. Porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la Ley no hubiera dicho: "NO CODICIARAS." (Romanos 7:7)
Sales al encuentro del que se regocija en practicar la justicia, De los que se acuerdan de Ti en Tus caminos. Pero Te enojaste porque pecamos; Continuamos en los pecados por mucho tiempo, ¿Y seremos salvos? (Isaías 64:5)
Pondré dentro de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan cuidadosamente Mis ordenanzas. (Ezequiel 36:27)
Cuando tienen un pleito, vienen a mí, y yo juzgo entre uno y otro, dándoles a conocer los estatutos de Dios y Sus leyes." (Éxodo 18:16)
La exposición de Tus palabras imparte luz; Da entendimiento a los sencillos. (Salmos 119:130)
Sea íntegro mi corazón en Tus estatutos, Para que yo no sea avergonzado. (Salmos 119:80)
Miren, yo les he enseñado estatutos y decretos tal como el SEÑOR mi Dios me ordenó, para que así los cumplan en medio de la tierra en que van a entrar para poseerla. (Deuteronomio 4:5)
Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, Y camino de vida las reprensiones de la instrucción, (Proverbios 6:23)
Me deleitaré en Tus estatutos, Y no olvidaré Tu palabra. (Salmos 119:16)
Así que la Ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. (Romanos 7:12)
También Tus testimonios son mi deleite; Ellos son mis consejeros. (Salmos 119:24)
Probada es toda palabra de Dios; El es escudo para los que en El se refugian. (Proverbios 30:5)
Porque todos los que son de las obras de la Ley están bajo maldición, pues escrito está: "MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS." (Gálatas 3:10)
Las palabras del SEÑOR son palabras puras, Plata probada en un crisol en la tierra, siete veces refinada. (Salmos 12:6)
Yo anhelo Tus preceptos; Vivifícame por Tu justicia. (Salmos 119:40)
Me he gozado en el camino de Tus testimonios, Más que en todas las riquezas. (Salmos 119:14)
Porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de El; pues por medio de la Ley viene el conocimiento del pecado. (Romanos 3:20)
Luego bajaste sobre el Monte Sinaí, Y desde el cielo hablaste con ellos; Les diste ordenanzas justas y leyes verdaderas, Estatutos y mandamientos buenos. (Nehemías 9:13)
Y te alegrarás delante del SEÑOR tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el Levita que habita en tus ciudades, y el extranjero, el huérfano y la viuda que están en medio de ti, en el lugar donde el SEÑOR tu Dios escoja para poner allí Su nombre. (Deuteronomio 16:11)
Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, Porque son míos para siempre. (Salmos 119:98)