Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, el sacerdote y escriba, y los Levitas que enseñaban al pueblo, dijeron a todo el pueblo: "Este día es santo para el SEÑOR su Dios; no se entristezcan, ni lloren." Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley. (Nehemías 8:9)
También les dijo: "Vayan, coman de la grasa, beban de lo dulce, y manden raciones a los que no tienen nada preparado; porque este día es santo para nuestro Señor. No se entristezcan, porque la alegría del SEÑOR es la fortaleza de ustedes." (Nehemías 8:10)
Los Levitas calmaron a todo el pueblo diciéndole: "Callen, porque el día es santo, no se entristezcan." (Nehemías 8:11)
Entonces todo el pueblo se fue a comer, a beber, a mandar porciones y a celebrar una gran fiesta, porque comprendieron las palabras que les habían enseñado.
Al segundo día los jefes de casas paternas de todo el pueblo, los sacerdotes y los Levitas se reunieron junto al escriba Esdras para entender las palabras de la ley. (Nehemías 8:13)
Y encontraron escrito en la ley que el SEÑOR había mandado por medio de Moisés que los Israelitas habitaran en tabernáculos (tiendas) durante la fiesta del mes séptimo. (Nehemías 8:14)
Así que ellos dieron a conocer esta proclama en todas sus ciudades y en Jerusalén: "Salgan al monte y traigan ramas de olivo, ramas de olivo silvestre, ramas de mirto, ramas de palmera y ramas de otros árboles frondosos, para hacer tabernáculos, como está escrito." (Nehemías 8:15)

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Nehemías 8:12 - Referencia Cruzada

Me he gozado en el camino de Tus testimonios, Más que en todas las riquezas. (Salmos 119:14)
Por tanto, amo Tus mandamientos Más que el oro, sí, más que el oro fino. (Salmos 119:127)
Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque se me llamaba por Tu nombre, Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos. (Jeremías 15:16)
Me deleitaré en Tus estatutos, Y no olvidaré Tu palabra. (Salmos 119:16)
Porque la sabiduría entrará en tu corazón, Y el conocimiento será grato a tu alma; (Proverbios 2:10)
Mejor es para mí la ley de Tu boca Que millares de monedas de oro y de plata. (Salmos 119:72)
¡Cuán dulces son a mi paladar Tus palabras!, Sí, más que la miel a mi boca. (Salmos 119:103)
Y se dijeron el uno al otro: "¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras?" (Lucas 24:32)
También Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán, Pelaías, y los Levitas, explicaban la ley al pueblo mientras el pueblo permanecía en su lugar. (Nehemías 8:7)
Del mandamiento de Sus labios no me he apartado, He atesorado las palabras de Su boca más que mi comida. (Job 23:12)
Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; El mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos. (Salmos 19:8)
Tus testimonios he tomado como herencia para siempre, Porque son el gozo de mi corazón. (Salmos 119:111)
La exposición de Tus palabras imparte luz; Da entendimiento a los sencillos. (Salmos 119:130)
Anhelo Tu salvación, SEÑOR, Y Tu ley es mi deleite. (Salmos 119:174)
Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno. Porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no. (Romanos 7:18)
Mem. ¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación. (Salmos 119:97)
Que profieran mis labios alabanzas, Pues Tú me enseñas Tus estatutos. (Salmos 119:171)
Come miel, hijo mío, porque es buena; Sí, la miel del panal es dulce a tu paladar. (Proverbios 24:13)
Cántico de ascenso gradual. Cuando el SEÑOR hizo volver a los cautivos de Sion, Eramos como los que sueñan. (Salmos 126:1)