Muchas son, SEÑOR, Dios mío, las maravillas que Tú has hecho, Y muchos Tus designios para con nosotros; Nadie hay que se compare contigo; Si los anunciara, y hablara de ellos, No podrían ser enumerados.
(Salmos 40:5)Sacrificio y ofrenda de cereal no has deseado; Me has abierto los oídos; Holocausto y ofrenda por el pecado no has pedido.
(Salmos 40:6)Entonces dije: "Aquí estoy; En el rollo del libro está escrito de mí;
(Salmos 40:7)Me deleito en hacer Tu voluntad, Dios mío; Tu ley está dentro de mi corazón."
He proclamado buenas nuevas de justicia en la gran congregación; No refrenaré mis labios, Oh SEÑOR, Tú lo sabes.
(Salmos 40:9)No he escondido Tu justicia dentro de mi corazón; He proclamado Tu fidelidad y Tu salvación; No he ocultado a la gran congregación Tu misericordia y Tu fidelidad.
(Salmos 40:10)Tú, oh SEÑOR, no retengas Tu compasión de mí; Tu misericordia y Tu fidelidad me guarden continuamente,
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Salmos 40:8 - Referencia Cruzada
La boca del justo profiere sabiduría Y su lengua habla rectitud.
(Salmos 37:30)Jesús les dijo: "Mi comida es hacer la voluntad del que Me envió y llevar a cabo Su obra.
(Juan 4:34)Me deleitaré en Tus mandamientos, Los cuales amo.
(Salmos 119:47)Porque en el hombre interior me deleito con la Ley de Dios,
(Romanos 7:22)siendo manifiesto que son carta de Cristo redactada por nosotros, no escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones humanos.
(2 Corintios 3:3)¡Aleluya! Cuán bienaventurado es el hombre que teme al SEÑOR, Que mucho se deleita en Sus mandamientos.
(Salmos 112:1)Si Tu ley no hubiera sido mi deleite, Entonces habría perecido en mi aflicción.
(Salmos 119:92)Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque se me llamaba por Tu nombre, Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos.
(Jeremías 15:16)También Tus testimonios son mi deleite; Ellos son mis consejeros.
(Salmos 119:24)Me deleitaré en Tus estatutos, Y no olvidaré Tu palabra.
(Salmos 119:16)Porque éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días," declara el SEÑOR. "Pondré Mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré. Entonces Yo seré su Dios y ellos serán Mi pueblo.
(Jeremías 31:33)