Nueva Biblia Latinoamericana
Pues no hago el bien que deseo, sino el mal que no quiero, eso practico. (Romanos 7:19)
Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. (Romanos 7:20)
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí. (Romanos 7:21)
Porque en el hombre interior me deleito con la Ley de Dios,
pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros. (Romanos 7:23)
¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte? (Romanos 7:24)
Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado. (Romanos 7:25)

Otras publicaciones relacionadas con "Romanos 7:22":

Dr. Roberto Miranda
El pecado no tendrá dominio sobre nosotros
El artículo del Dr. Roberto Miranda habla sobre cómo no permitir que el pecado tenga dominio sobre nosotros y vivir en la libertad que Cristo nos ha dado.


Dr. Roberto Miranda
Libertados del pecado para servir a la justicia
El apóstol Pablo habla sobre la libertad del pecado y la importancia de vivir una vida santa para servir a la justicia divina.


Romanos 7:22 - Referencia Cruzada

Me deleitaré en Tus mandamientos, Los cuales amo. (Salmos 119:47)
También Tus testimonios son mi deleite; Ellos son mis consejeros. (Salmos 119:24)
Si Tu ley no hubiera sido mi deleite, Entonces habría perecido en mi aflicción. (Salmos 119:92)
Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; El mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos. (Salmos 19:8)
Hazme andar por la senda de Tus mandamientos, Porque en ella me deleito. (Salmos 119:35)
Le ruego que El les conceda a ustedes, conforme a las riquezas de Su gloria, el ser fortalecidos con poder por Su Espíritu en el hombre interior; (Efesios 3:16)
Mem. ¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación. (Salmos 119:97)
Me deleitaré en Tus estatutos, Y no olvidaré Tu palabra. (Salmos 119:16)
Mejor es para mí la ley de Tu boca Que millares de monedas de oro y de plata. (Salmos 119:72)
Jesús les dijo: "Mi comida es hacer la voluntad del que Me envió y llevar a cabo Su obra. (Juan 4:34)
Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día. (2 Corintios 4:16)
Por tanto, amo Tus mandamientos Más que el oro, sí, más que el oro fino. (Salmos 119:127)
Anhelo Tu salvación, SEÑOR, Y Tu ley es mi deleite. (Salmos 119:174)
Me deleito en hacer Tu voluntad, Dios mío; Tu ley está dentro de mi corazón." (Salmos 40:8)
Mi alma guarda Tus testimonios, Y en gran manera los amo. (Salmos 119:167)
Dejen de mentirse los unos a los otros, puesto que han desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, (Colosenses 3:9)
Del mandamiento de Sus labios no me he apartado, He atesorado las palabras de Su boca más que mi comida. (Job 23:12)
Escúchenme, ustedes que conocen la justicia, Pueblo en cuyo corazón está Mi ley. No teman el oprobio del hombre, Ni se desalienten a causa de sus ultrajes. (Isaías 51:7)
sino que sea lo que procede de lo íntimo del corazón, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios. (1 Pedro 3:4)
Sámec. Aborrezco a los hipócritas, Pero amo Tu ley. (Salmos 119:113)
Pues es Judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios. (Romanos 2:29)
La mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la Ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, (Romanos 8:7)
PORQUE ESTE ES EL PACTO QUE YO HARE CON LA CASA DE ISRAEL DESPUES DE AQUELLOS DIAS, DICE EL SEÑOR: PONDRE MIS LEYES EN LA MENTE DE ELLOS, Y LAS ESCRIBIRE SOBRE SUS CORAZONES. YO SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO. (Hebreos 8:10)
Sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, Y en Su ley medita de día y de noche! (Salmos 1:2)
Tus testimonios he tomado como herencia para siempre, Porque son el gozo de mi corazón. (Salmos 119:111)