Nueva Biblia Latinoamericana
Tus riquezas y tus tesoros Entregaré al saqueo, sin costo alguno, Por todos tus pecados En todas tus fronteras. (Jeremías 15:13)
Entonces haré que tus enemigos te lleven A una tierra que no conoces; Porque un fuego se ha encendido en Mi ira Que sobre ustedes arderá." (Jeremías 15:14)
Tú que lo sabes, oh SEÑOR, Acuérdate de mí, atiéndeme, Y véngame de mis perseguidores. Conforme a Tu paciencia, no dejes que sea yo arrebatado; Sabes que por Ti sufro oprobio. (Jeremías 15:15)
Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque se me llamaba por Tu nombre, Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos.
No me senté en la asamblea de los que se divierten, ni me regocijé. A causa de Tu mano, solitario me senté, Porque de indignación me llenaste. (Jeremías 15:17)
¿Por qué es mi dolor perpetuo Y mi herida incurable, que rehúsa sanar? ¿Serás en verdad para mí como corriente engañosa, Como aguas en las que no se puede confiar? (Jeremías 15:18)
Entonces dijo así el SEÑOR: "Si vuelves, Yo te restauraré, En Mi presencia estarás; Si apartas lo precioso de lo vil, Serás Mi portavoz. Que se vuelvan ellos a ti, Pero tú no te vuelvas a ellos. (Jeremías 15:19)

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Jeremías 15:16 - Referencia Cruzada

Tus testimonios he tomado como herencia para siempre, Porque son el gozo de mi corazón. (Salmos 119:111)
Entonces El me dijo: "Hijo de hombre, come lo que tienes delante; cómete este rollo, y ve, habla a la casa de Israel." (Ezequiel 3:1)
Deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, Más dulces que la miel y que el destilar del panal. (Salmos 19:10)
Entonces fui al ángel y le dije que me diera el librito. Y él me dijo: "Tómalo y devóralo. Te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel." (Apocalipsis 10:9)
De todo mal camino he refrenado mis pies, Para guardar Tu palabra. (Salmos 119:101)
Del mandamiento de Sus labios no me he apartado, He atesorado las palabras de Su boca más que mi comida. (Job 23:12)
Mem. ¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación. (Salmos 119:97)
Mejor es para mí la ley de Tu boca Que millares de monedas de oro y de plata. (Salmos 119:72)
¿Por qué has de ser como hombre desalentado, Como guerrero incapaz de salvar? Sin embargo Tú estás en medio nuestro, oh SEÑOR, Y por Tu nombre somos llamados; ¡No nos abandones!" (Jeremías 14:9)