Nueva Biblia Latinoamericana
Tiempo de llorar, y tiempo de reír; Tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar; (Eclesiastés 3:4)
Tiempo de lanzar piedras, y tiempo de recoger piedras; Tiempo de abrazar, y tiempo de rechazar el abrazo; (Eclesiastés 3:5)
Tiempo de buscar, y tiempo de dar por perdido; Tiempo de guardar, y tiempo de desechar; (Eclesiastés 3:6)
Tiempo de rasgar, y tiempo de coser; Tiempo de callar, y tiempo de hablar;
Tiempo de amar, y tiempo de odiar; Tiempo de guerra, y tiempo de paz. (Eclesiastés 3:8)
¿Qué saca el trabajador de aquello en que se afana? (Eclesiastés 3:9)
He visto la tarea que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que en ella se ocupen. (Eclesiastés 3:10)

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Eclesiastés 3:7 - Referencia Cruzada

Enmudecí y callé; Guardé silencio aun acerca de lo bueno, Y se agravó mi dolor. (Salmos 39:2)
Entonces Mardoqueo les dijo que respondieran a Ester: "No pienses que estando en el palacio del rey sólo tú escaparás entre todos los Judíos. (Ester 4:13)
Entonces Judá se le acercó, y dijo: "Oh señor mío, permita a su siervo hablar una palabra a los oídos de mi señor, y que no se encienda su ira contra su siervo, pues usted es como Faraón mismo. (Génesis 44:18)
Y se echó a sus pies y le dijo: "Señor mío, sólo sobre mí sea la culpa. Le ruego que permita que su sierva le hable, y que escuche las palabras de su sierva. (1 Samuel 25:24)
Entonces se sentaron en el suelo con él por siete días y siete noches sin que nadie le dijera una palabra, porque veían que su dolor era muy grande. (Job 2:13)
Rasguen su corazón y no sus vestidos." Vuelvan ahora al SEÑOR su Dios, Porque El es compasivo y clemente, Lento para la ira, abundante en misericordia, Y se arrepiente de infligir el mal. (Joel 2:13)
Cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sí y ayunó, se acostó con el cilicio y andaba abatido. (1 Reyes 21:27)
Los cantos del palacio se convertirán en gemido en aquel día," declara el Señor DIOS. "Muchos serán los cadáveres; en todo lugar los echarán fuera en silencio." (Amós 8:3)
porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para el exterminio, para la matanza y para la destrucción. Y si sólo hubiéramos sido vendidos como esclavos o esclavas, hubiera permanecido callada, porque el mal no se podría comparar con el disgusto del rey." (Ester 7:4)
Abre tu boca por los mudos, Por los derechos de todos los desdichados. (Proverbios 31:8)
Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó lo llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas. (Hechos 9:39)
Por tanto, el prudente se calla en ese tiempo, pues es tiempo malo. (Amós 5:13)
Porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído." (Hechos 4:20)
Cuando ya se acercaba, junto a la bajada del Monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, regocijándose, comenzó a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto, (Lucas 19:37)
Cuando el rey oyó las palabras de la mujer, rasgó sus vestidos y como él pasaba por la muralla, la gente miró, y vio que interiormente, llevaba cilicio sobre su cuerpo. (2 Reyes 6:30)
Libra a los que son llevados a la muerte, Y retén a los que van con pasos vacilantes a la matanza. (Proverbios 24:11)
Ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras tuvieron temor ni rasgaron sus vestiduras. (Jeremías 36:24)
¿Por qué estamos aún sentados? Congréguense, y entremos en las ciudades fortificadas, Y perezcamos allí, Pues el SEÑOR nuestro Dios nos hace perecer Y nos ha dado a beber agua envenenada, Porque hemos pecado contra el SEÑOR. (Jeremías 8:14)
Que se siente solo y en silencio Ya que El se lo ha impuesto. (Lamentaciones 3:28)
No se fíen del vecino, Ni confíen en el amigo. De la que reposa en tu seno, Guarda tus labios. (Miqueas 7:5)
Entonces David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: "Rasguen sus vestidos, y cíñanse de cilicio, y hagan duelo delante de Abner." Y el rey David iba detrás del féretro. (2 Samuel 3:31)
Pero ellos se quedaron callados y no le respondieron palabra alguna; porque el rey había dado un mandato al pueblo diciéndole: "No le respondan." (Isaías 36:21)
Cuando Rubén volvió al pozo, José ya no estaba en el pozo. Entonces rasgó sus vestidos; (Génesis 37:29)
Pues, ¿cómo subiré a mi padre no estando el muchacho conmigo, sin que yo vea el mal que sobrevendrá a mi padre?" (Génesis 44:34)
Jacob rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sus lomos y estuvo de duelo por su hijo muchos días. (Génesis 37:34)
Entonces David agarró sus ropas y las rasgó, y así hicieron también todos los hombres que estaban con él. (2 Samuel 1:11)
Entonces Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: "No peque el rey contra David su siervo, puesto que él no ha pecado contra usted, y puesto que sus hechos han sido de mucho beneficio para usted. (1 Samuel 19:4)
Eliú había esperado para hablar a Job porque los otros eran de más edad que él. (Job 32:4)
Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestidos, y dijo: "¿Acaso soy yo Dios, para dar muerte y para dar vida, para que éste me mande a decir que cure a un hombre de su lepra? Consideren ahora esto y vean cómo busca pleito conmigo." (2 Reyes 5:7)