Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando David lo supo después, dijo: "Yo y mi reino somos inocentes para siempre delante del SEÑOR de la sangre de Abner, hijo de Ner. (2 Samuel 3:28)
Caiga su sangre sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre, y nunca falte en la casa de Joab quien padezca flujo, ni quien sea leproso, ni quien se sostenga con báculo, ni quien muera a espada, ni quien carezca de pan." (2 Samuel 3:29)
Joab y su hermano Abisai mataron a Abner porque él había dado muerte a Asael, hermano de ellos, en la batalla de Gabaón. (2 Samuel 3:30)
Entonces David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: "Rasguen sus vestidos, y cíñanse de cilicio, y hagan duelo delante de Abner." Y el rey David iba detrás del féretro.
Sepultaron, pues, a Abner en Hebrón. El rey alzó su voz y lloró junto al sepulcro de Abner, y lloró también todo el pueblo. (2 Samuel 3:32)
Y el rey entonó una elegía por Abner, y dijo: "¿Había de morir Abner como muere un insensato? (2 Samuel 3:33)
Tus manos no estaban atadas, ni tus pies puestos en grillos; Como el que cae delante de los malvados, has caído." Y todo el pueblo volvió a llorar por él. (2 Samuel 3:34)

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2 Samuel 3:31 - Referencia Cruzada

Cuando el rey Ezequías oyó esto rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del SEÑOR. (2 Reyes 19:1)
Cuando Rubén volvió al pozo, José ya no estaba en el pozo. Entonces rasgó sus vestidos; (Génesis 37:29)
Al verla, él rasgó sus ropas y dijo: "¡Ay, hija mía! Me has abatido y estás entre los que me afligen. Porque he dado mi palabra al SEÑOR, y no me puedo retractar." (Jueces 11:35)
Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y Jesús dijo: "Joven, a ti te digo: ¡Levántate!" (Lucas 7:14)
Al tercer día, un hombre llegó del campamento de Saúl con sus ropas rasgadas y polvo sobre su cabeza. Al llegar ante David, se inclinó a tierra y se postró. (2 Samuel 1:2)
Entonces Josué rasgó sus vestidos y postró su rostro en tierra delante del arca del SEÑOR hasta el anochecer, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. (Josué 7:6)
Entonces David agarró sus ropas y las rasgó, y así hicieron también todos los hombres que estaban con él. (2 Samuel 1:11)
Jacob rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sus lomos y estuvo de duelo por su hijo muchos días. (Génesis 37:34)