Nueva Biblia Latinoamericana
Tiempo de lanzar piedras, y tiempo de recoger piedras; Tiempo de abrazar, y tiempo de rechazar el abrazo; (Eclesiastés 3:5)
Tiempo de buscar, y tiempo de dar por perdido; Tiempo de guardar, y tiempo de desechar; (Eclesiastés 3:6)
Tiempo de rasgar, y tiempo de coser; Tiempo de callar, y tiempo de hablar; (Eclesiastés 3:7)
Tiempo de amar, y tiempo de odiar; Tiempo de guerra, y tiempo de paz.
¿Qué saca el trabajador de aquello en que se afana? (Eclesiastés 3:9)
He visto la tarea que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que en ella se ocupen. (Eclesiastés 3:10)
El ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones, sin embargo el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin. (Eclesiastés 3:11)

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Eclesiastés 3:8 - Referencia Cruzada

Pero ahora el SEÑOR mi Dios me ha dado paz por todas partes; no hay adversario ni calamidad. (1 Reyes 5:4)
Entonces el SEÑOR dijo a Josué: "No temas ni te acobardes. Toma contigo a todo el pueblo de guerra y levántate, sube a Hai. Mira, he entregado en tu mano al rey de Hai, su pueblo, su ciudad y su tierra. (Josué 8:1)
Tomó, pues, Josué toda la tierra de acuerdo con todo lo que el SEÑOR había dicho a Moisés. Y Josué la dio por heredad a Israel conforme a sus divisiones por sus tribus. Entonces la tierra descansó de la guerra. (Josué 11:23)
Yo conozco tus obras, tu fatiga y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, y has sometido a prueba a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos (falsos). (Apocalipsis 2:2)
Aconteció después de esto, que los Moabitas, los Amonitas, y con ellos algunos de los Meunitas, vinieron a pelear contra Josafat. (2 Crónicas 20:1)
y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios. (Efesios 3:19)
Entonces pasé junto a ti y te vi, y tu tiempo era tiempo de amores; extendí Mi manto sobre ti y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigo, y fuiste Mía," declara el Señor DIOS. (Ezequiel 16:8)
para que puedan instruir (exhortar) a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, (Tito 2:4)
Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio El mismo por ella, (Efesios 5:25)
Si alguien viene a Mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser Mi discípulo. (Lucas 14:26)
Pero el vidente Jehú, hijo de Hananí, salió a encontrarlo y dijo al rey Josafat: "¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al SEÑOR, y con esto traer sobre ti la ira del SEÑOR? (2 Crónicas 19:2)
¿No odio a los que Te aborrecen, SEÑOR? ¿Y no me repugnan los que se levantan contra Ti? (Salmos 139:21)
Al oír Abram que su sobrino había sido llevado cautivo, movilizó a sus hombres adiestrados nacidos en su casa, 318 en total, y salió en su persecución hasta Dan. (Génesis 14:14)
Al ver los Amonitas que se habían hecho odiosos a David, los Amonitas mandaron a tomar a sueldo a los Arameos de Bet Rehob y a los Arameos de Soba, 20,000 soldados de a pie, y del rey de Maaca 1,000 hombres, y de Is Tob 12,000 hombres. (2 Samuel 10:6)
Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. (Efesios 5:28)