Nueva Biblia Latinoamericana
Y David había dicho: "Ciertamente, en vano he guardado todo lo que este hombre tiene en el desierto, de modo que nada se perdió de todo lo suyo; y él me ha devuelto mal por bien. (1 Samuel 25:21)
Así haga Dios a los enemigos de David, y aun más, si al llegar la mañana he dejado tan sólo un varón de los suyos." (1 Samuel 25:22)
Cuando Abigail vio a David se dio prisa y bajó de su asno, y cayendo sobre su rostro delante de David, se postró en tierra. (1 Samuel 25:23)
Y se echó a sus pies y le dijo: "Señor mío, sólo sobre mí sea la culpa. Le ruego que permita que su sierva le hable, y que escuche las palabras de su sierva.
Ruego a mi señor que no haga caso a este hombre indigno, Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal (Insensato), y la insensatez está con él; pero yo su sierva no vi a los jóvenes que usted, mi señor, envió. (1 Samuel 25:25)
Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive su alma. Puesto que el SEÑOR le ha impedido derramar sangre y vengarse por su propia mano, sean pues como Nabal sus enemigos y los que buscan el mal contra mi señor. (1 Samuel 25:26)
Y ahora permita que este presente que su sierva ha traído para mi señor se dé a los jóvenes que acompañan a mi señor. (1 Samuel 25:27)

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1 Samuel 25:24 - Referencia Cruzada

Ahora pues, le ruego que quede este su siervo como esclavo de mi señor, en lugar del muchacho, y que el muchacho suba con sus hermanos. (Génesis 44:33)
Le ruego que perdone la ofensa de su sierva, porque el SEÑOR ciertamente establecerá una casa duradera para mi señor, pues mi señor pelea las batallas del SEÑOR, y el mal no se hallará en usted en todos sus días. (1 Samuel 25:28)
Y si te ha perjudicado en alguna forma, o te debe algo, cárgalo a mi cuenta. (Filemón 1:18)
Ester habló de nuevo delante del rey, cayó a sus pies, y llorando, le imploró que impidiera los propósitos perversos de Amán el Agagueo y el plan que había tramado contra los Judíos. (Ester 8:3)
Dijo entonces la mujer: "Permita que su sierva diga una palabra a mi señor el rey." "Habla," le dijo David. (2 Samuel 14:12)
Entonces su consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba: 'Ten paciencia conmigo y te pagaré.' (Mateo 18:29)
Y la mujer de Tecoa dijo al rey: "Oh rey mi señor, la iniquidad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre, pero el rey y su trono sean sin culpa." (2 Samuel 14:9)
Entonces Judá se le acercó, y dijo: "Oh señor mío, permita a su siervo hablar una palabra a los oídos de mi señor, y que no se encienda su ira contra su siervo, pues usted es como Faraón mismo. (Génesis 44:18)
Entonces ella entró, cayó a sus pies y se postró en tierra, y tomando a su hijo, salió. (2 Reyes 4:37)