Nueva Biblia Latinoamericana
Pero a fin de que no se divulgue más entre el pueblo, vamos a amenazarlos para que no hablen más a ningún hombre en este nombre." (Hechos 4:17)
Cuando los llamaron, les ordenaron no hablar ni enseñar en el nombre de Jesús. (Hechos 4:18)
Pero Pedro y Juan, les contestaron: "Ustedes mismos juzguen si es justo delante de Dios obedecer a ustedes en vez de obedecer a Dios. (Hechos 4:19)
Porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído."
Y después de amenazarlos otra vez, los dejaron ir, no hallando la manera de castigarlos por causa del pueblo, porque todos glorificaban a Dios por lo que había acontecido; (Hechos 4:21)
porque el hombre en quien se había realizado este milagro (esta señal) de sanidad tenía más de cuarenta años. (Hechos 4:22)
Cuando quedaron en libertad, fueron a los suyos y les contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. (Hechos 4:23)

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Hechos 4:20 - Referencia Cruzada

Balaam respondió a Balac: "Mira, ahora he venido a ti. ¿Hay algo, acaso, que pueda decir? La palabra que Dios ponga en mi boca, ésa diré." (Números 22:38)
Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía (se indignaba) dentro de él al contemplar la ciudad llena de ídolos. (Hechos 17:16)
Mira, he recibido orden de bendecir; Si El ha bendecido, yo no lo puedo anular. (Números 23:20)
El Espíritu del SEÑOR habló por mí, Y Su palabra estuvo en mi lengua. (2 Samuel 23:2)
Pero estoy lleno del furor del SEÑOR, Estoy cansado de retenerlo . "Derrámalo sobre los niños en la calle, Y sobre la reunión de los jóvenes; Porque serán apresados tanto el marido como la mujer, El viejo y el muy anciano. (Jeremías 6:11)
tal como nos las dieron a conocer los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra (del evangelio), (Lucas 1:2)
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. (Hechos 2:32)
pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra." (Hechos 1:8)
Nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de los Judíos y en Jerusalén. Y también Le dieron muerte, colgándolo en una cruz (un madero). (Hechos 10:39)
Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse. (Hechos 2:4)
y dieron muerte al Autor de la vida, al que Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. (Hechos 3:15)
Tú, pues, prepárate, Levántate y diles todo lo que Yo te mande. No temas ante ellos, No sea que Yo te infunda temor delante de ellos. (Jeremías 1:17)
El Espíritu me levantó y me tomó; yo iba con amargura en la indignación de mi espíritu, y la mano del SEÑOR era fuerte sobre mí. (Ezequiel 3:14)
Porque estoy lleno de palabras; Dentro de mí el espíritu me constriñe. (Job 32:18)
Pero el SEÑOR me dijo: "No digas: 'Soy joven,' Porque adondequiera que te envíe, irás, Y todo lo que te mande, dirás. (Jeremías 1:7)
comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día en que de entre nosotros Jesús fue recibido arriba al cielo, uno sea constituido testigo con nosotros de Su resurrección." (Hechos 1:22)
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo comenzó a dedicarse por completo a la predicación de la palabra, testificando solemnemente a los Judíos que Jesús era el Cristo (el Mesías). (Hechos 18:5)
¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, después que fue anunciada primeramente por medio del Señor, nos fue confirmada por los que la oyeron. (Hebreos 2:3)
Y nosotros somos testigos (de El) de estas cosas; y también el Espíritu Santo, el cual Dios ha dado a los que Le obedecen." (Hechos 5:32)
Pero si digo: "No Lo recordaré Ni hablaré más en Su nombre," Esto se convierte dentro de mí como fuego ardiente Encerrado en mis huesos. Hago esfuerzos por contenerlo , Y no puedo. (Jeremías 20:9)
¡Alma mía, alma mía! (¡Entrañas mías, entrañas mías!) Estoy angustiado, ¡oh corazón mío! Mi corazón se agita dentro de mí; No callaré, Porque has oído, alma mía, El sonido de la trompeta, El pregón de guerra. (Jeremías 4:19)
Porque tú serás testigo Suyo a todos los hombres de lo que has visto y oído. (Hechos 22:15)
Yo, en cambio, estoy lleno de poder, Del Espíritu del SEÑOR, Y de juicio y de valor, Para dar a conocer a Jacob su rebelión, Y a Israel su pecado. (Miqueas 3:8)
Y ve a los desterrados, a los hijos de tu pueblo; háblales y diles, escuchen o dejen de escuchar: 'Así dice el Señor DIOS.'" (Ezequiel 3:11)
Porque si predico el evangelio (anuncio las buenas nuevas), no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de hacerlo. Pues ¡ay de mí si no predico el evangelio! (1 Corintios 9:16)
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y lo que han tocado nuestras manos, esto escribimos acerca del Verbo de vida. (1 Juan 1:1)