Entonces Naamán fue y habló a su señor el rey diciéndole: "Esto y esto ha dicho la muchacha que es de la tierra de Israel."
(2 Reyes 5:4)Y el rey de Aram le dijo: "Ve ahora, y enviaré una carta al rey de Israel." Y él fue y llevó consigo 340 kilos de plata y 6,000 siclos (68.4 kilos) de oro y diez mudas de ropa.
(2 Reyes 5:5)También llevó al rey de Israel la carta que decía: "Y cuando llegue a ti esta carta, comprenderás que te he enviado a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra."
(2 Reyes 5:6)Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestidos, y dijo: "¿Acaso soy yo Dios, para dar muerte y para dar vida, para que éste me mande a decir que cure a un hombre de su lepra? Consideren ahora esto y vean cómo busca pleito conmigo."
Al oír Eliseo, el hombre de Dios, que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió aviso al rey diciéndole: "¿Por qué ha rasgado sus vestidos? Que venga él a mí ahora, y sabrá que hay profeta en Israel."
(2 Reyes 5:8)Vino, pues, Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a la entrada de la casa de Eliseo.
(2 Reyes 5:9)Y Eliseo le envió un mensajero, diciendo: "Ve y lávate en el Jordán siete veces, y tu carne se te restaurará y quedarás limpio."
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2 Reyes 5:7 - Referencia Cruzada
Ojalá que fueran sabios, que comprendieran esto, Que comprendieran su futuro.
(Deuteronomio 32:29)Lo que el rey demanda es difícil y no hay nadie que lo pueda declarar al rey sino los dioses cuya morada no está entre los hombres."
(Daniel 2:11)y vio que el rey estaba de pie junto a la columna, según la costumbre, y los capitanes y los trompeteros estaban al lado del rey; y todo el pueblo del país se regocijaba y tocaba trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y gritó: "¡Traición, traición!"
(2 Reyes 11:14)Ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras tuvieron temor ni rasgaron sus vestiduras.
(Jeremías 36:24)Y Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rasgaron sus vestidos;
(Números 14:6)tramando contra El para ver si Lo podían atrapar en algo que dijera.
(Lucas 11:54)Pero cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas y se lanzaron en medio de la multitud, gritando:
(Hechos 14:14)Vengan, volvamos al SEÑOR. Pues El nos ha desgarrado, pero nos sanará; Nos ha herido, pero nos vendará.
(Oseas 6:1)Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces.
(2 Reyes 18:37)Entonces se encendió la ira de Jacob contra Raquel, y dijo: "¿Estoy yo en lugar de Dios, que te ha negado el fruto de tu vientre?"
(Génesis 30:2)Vean ahora que Yo, Yo soy el Señor, Y fuera de Mí no hay dios. Yo hago morir y hago vivir. Yo hiero y Yo sano, Y no hay quien pueda librar de Mi mano.
(Deuteronomio 32:39)El rey de Israel llamó a todos los ancianos del país, y les dijo: "Miren cómo éste sólo busca hacer daño; pues él envió a pedir me mis mujeres, mis hijos, mi plata y mi oro, y no se los negué."
(1 Reyes 20:7)El SEÑOR da muerte y da vida; Hace bajar al Seol (región de los muertos) y hace subir.
(1 Samuel 2:6)Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: "¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Ahora mismo ustedes han oído la blasfemia.
(Mateo 26:65)