Nueva Biblia Latinoamericana
También la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida. (Santiago 3:6)
Porque toda clase de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el ser humano, (Santiago 3:7)
pero ningún hombre puede domar la lengua. Es un mal turbulento y lleno de veneno mortal. (Santiago 3:8)
Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios.
De la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. (Santiago 3:10)
¿Acaso una fuente echa agua dulce y amarga por la misma abertura? (Santiago 3:11)
¿Acaso, hermanos míos, puede una higuera producir aceitunas, o una vid higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce. (Santiago 3:12)

Otras publicaciones relacionadas con "Santiago 3:9":

Faustino de Jesús Zamora Vargas
El desafío de crecer con el uso correcto de la lengua
El desafío de crecer con el uso correcto de la lengua, artículo escrito por Faustino de Jesús Zamora Vargas sobre la importancia de hablar con gracia y sazonar nuestras palabras con sal como cristianos y evitar la murmuración y la irresponsabilidad al hablar.


Mercedes López-Miranda
Una persona exitosa gobierna su lengua
En este artículo se habla sobre la importancia de gobernar la lengua y usar palabras de vida. Se destaca la relación entre nuestras palabras y la condición de nuestro corazón, así como la necesidad de ser cuidadosos con nuestras palabras y ser intencionales en dar palabras de vida. Se enfatiza que nuestras palabras tienen poder y pueden afectar a los demás de maneras positivas o negativas, y se anima a usar este don de la palabra para bendición de todos los que están alrededor de nosotros.


Santiago 3:9 - Referencia Cruzada

Así Te bendeciré mientras viva, En Tu nombre alzaré mis manos. (Salmos 63:4)
Cántico. Salmo de David. Mi corazón está firme, oh Dios; Cantaré, cantaré alabanzas, aun con mi alma. (Salmos 108:1)
Dijo entonces el Señor: "Por cuanto este pueblo se acerca a Mí con sus palabras Y Me honra con sus labios, Pero aleja de Mí su corazón, Y su veneración hacia Mí es sólo una tradición aprendida de memoria , (Isaías 29:13)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, (1 Pedro 1:3)
Este es el libro de las generaciones de Adán. El día que Dios creó al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. (Génesis 5:1)
¡Despierta, gloria mía! ¡Despierten, arpa y lira! ¡A la aurora despertaré! (Salmos 57:8)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. (Efesios 1:3)
Mi boca proclamará la alabanza del SEÑOR; Y toda carne (toda la humanidad) bendecirá Su santo nombre eternamente y para siempre. (Salmos 145:21)
Líbrame de delitos de sangre, oh Dios, Dios de mi salvación, Entonces mi lengua cantará con gozo Tu justicia. (Salmos 51:14)
Porque tú también te das cuenta Que muchas veces has maldecido a otros de la misma manera. (Eclesiastés 7:22)
Y David bendijo al SEÑOR en presencia de toda la asamblea, y dijo: "Bendito eres, oh SEÑOR, Dios de Israel, nuestro padre por los siglos de los siglos. (1 Crónicas 29:10)
Salmo de David cuando se fingió loco delante de Abimelec, quien lo echó, y él se fue. Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; Continuamente estará Su alabanza en mi boca. (Salmos 34:1)
El que derrame sangre de hombre, Por el hombre su sangre será derramada, Porque a imagen de Dios Hizo El al hombre. (Génesis 9:6)
Entonces David dijo a toda la asamblea: "Bendigan ahora al SEÑOR su Dios." Y toda la asamblea bendijo al SEÑOR, al Dios de sus padres, y se inclinaron y se postraron ante el SEÑOR y ante el rey. (1 Crónicas 29:20)
LLENA ESTA SU BOCA DE MALDICION Y AMARGURA. (Romanos 3:14)
Salmo de Alabanza; de David. Te exaltaré mi Dios, oh Rey, Y bendeciré Tu nombre eternamente y para siempre. (Salmos 145:1)
Por el pecado de su boca y la palabra de sus labios, Sean presos en su orgullo, Y a causa de las maldiciones y mentiras que profieren. (Salmos 59:12)
También mi lengua hablará de Tu justicia todo el día, Porque han sido avergonzados, porque han sido humillados, los que procuran mi mal. (Salmos 71:24)
Por tanto, mi corazón se alegra y mi alma se regocija; También mi carne morará segura, (Salmos 16:9)
Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: "¡Yo no conozco al hombre!" Y al instante un gallo cantó. (Mateo 26:74)
Al llegar el rey David a Bahurim, entonces, salió de allí un hombre de la familia de la casa de Saúl que se llamaba Simei, hijo de Gera. Cuando salió, iba maldiciendo, (2 Samuel 16:5)
Y mi lengua hablará de Tu justicia Y de Tu alabanza todo el día. (Salmos 35:28)
Para que mi alma Te cante alabanzas y no esté callada. Oh SEÑOR, Dios mío, Te daré gracias por siempre. (Salmos 30:12)
Ellos solamente consultan para derribarlo de su eminencia; En la falsedad se deleitan; Bendicen con la boca, Pero por dentro maldicen. (Selah) (Salmos 62:4)
También amaba la maldición, y ésta vino sobre él; No se deleitó en la bendición, y ella se alejó de él. (Salmos 109:17)
Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, (Mateo 5:44)
Y salieron al campo y vendimiaron sus viñedos, pisaron las uvas e hicieron fiesta. Y entrando a la casa de su dios, comieron y bebieron y maldijeron a Abimelec. (Jueces 9:27)
Pero Abisai, hijo de Sarvia, respondió: "¿No ha de morir Simei por esto, porque maldijo al ungido del SEÑOR?" (2 Samuel 19:21)
Y dijo Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo): "Hagamos al hombre a Nuestra imagen, conforme a Nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra." (Génesis 1:26)
Pues el hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es la imagen y gloria de Dios, pero la mujer es la gloria del hombre. (1 Corintios 11:7)
Llena está su boca de blasfemia, engaño y opresión; Bajo su lengua hay malicia e iniquidad. (Salmos 10:7)
POR LO CUAL MI CORAZON SE ALEGRO Y MI LENGUA SE REGOCIJO; Y AUN HASTA MI CARNE DESCANSARA EN ESPERANZA; (Hechos 2:26)