Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. Oh Dios, Tú eres mi Dios; Te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de Ti, mi carne Te anhela Cual tierra seca y árida donde no hay agua.
(Salmos 63:1)
Así Te contemplaba en el santuario, Para ver Tu poder y Tu gloria.
(Salmos 63:2)
Porque Tu misericordia es mejor que la vida, Mis labios Te alabarán.
(Salmos 63:3)
Así Te bendeciré mientras viva, En Tu nombre alzaré mis manos.
Como con médula y grasa está saciada mi alma; Y con labios jubilosos Te alaba mi boca.
(Salmos 63:5)
Cuando en mi lecho me acuerdo de Ti, En Ti medito durante las vigilias de la noche.
(Salmos 63:6)
Porque Tú has sido mi ayuda, Y a la sombra de Tus alas canto gozoso.
(Salmos 63:7)
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Salmos 63:4 - Referencia Cruzada
Escucha la voz de mis súplicas cuando a Ti pido auxilio; Cuando levanto mis manos hacia el Lugar Santísimo de Tu santuario.
(Salmos 28:2)
Entonces Salomón se puso delante del altar del SEÑOR en presencia de toda la asamblea de Israel y extendió las manos al cielo.
(1 Reyes 8:22)
Salmo de Alabanza; de David. Te exaltaré mi Dios, oh Rey, Y bendeciré Tu nombre eternamente y para siempre.
(Salmos 145:1)
Te vieron los montes y temblaron, El diluvio de aguas pasó; Dio el abismo su voz, Levantó en alto sus manos.
(Habacuc 3:10)
Al SEÑOR cantaré mientras yo viva; Cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista.
(Salmos 104:33)
¡Aleluya! Oh alma mía, alaba al SEÑOR.
(Salmos 146:1)
Alcen sus manos al santuario Y bendigan al SEÑOR.
(Salmos 134:2)