Nueva Biblia Latinoamericana
Las cuerdas me cayeron en lugares agradables; En verdad es hermosa la herencia que me ha tocado. (Salmos 16:6)
Bendeciré al SEÑOR que me aconseja; En verdad, en las noches mi corazón me instruye. (Salmos 16:7)
Al SEÑOR he puesto continuamente delante de mí; Porque está a mi diestra, permaneceré firme. (Salmos 16:8)
Por tanto, mi corazón se alegra y mi alma se regocija; También mi carne morará segura,
Porque Tú no abandonarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que Tu Santo sufra corrupción. (Salmos 16:10)
Me darás a conocer la senda de la vida; En Tu presencia hay plenitud de gozo; En Tu diestra hay deleites para siempre. (Salmos 16:11)
Oración de David. Oye, oh SEÑOR, una causa justa; atiende a mi clamor; Presta oído a mi oración, que no es de labios engañosos. (Salmos 17:1)

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Salmos 16:9 - Referencia Cruzada

POR LO CUAL MI CORAZON SE ALEGRO Y MI LENGUA SE REGOCIJO; Y AUN HASTA MI CARNE DESCANSARA EN ESPERANZA; (Hechos 2:26)
El impío es derribado por su maldad, Pero el justo tiene un refugio cuando muere. (Proverbios 14:32)
Para que mi alma Te cante alabanzas y no esté callada. Oh SEÑOR, Dios mío, Te daré gracias por siempre. (Salmos 30:12)
Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. ¡Pues qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego! (Santiago 3:5)
Cántico. Salmo de David. Mi corazón está firme, oh Dios; Cantaré, cantaré alabanzas, aun con mi alma. (Salmos 108:1)
¡Despierta, gloria mía! ¡Despierten, arpa y lira! ¡A la aurora despertaré! (Salmos 57:8)
Pero no queremos, hermanos, que ignoren acerca de los que duermen (que han muerto), para que no se entristezcan como lo hacen los demás que no tienen esperanza. (1 Tesalonicenses 4:13)
Y después de deshecha mi piel, Aun en mi carne veré a Dios; (Job 19:26)
Alegría pusiste en mi corazón, Mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su vino nuevo. (Salmos 4:7)
Tus muertos vivirán, Sus cadáveres se levantarán. ¡Moradores del polvo, despierten y den gritos de júbilo!, Porque tu rocío es como el rocío del alba, Y la tierra dará a luz a los espíritus. (Isaías 26:19)
Si el hombre muere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi batallar esperaré Hasta que llegue mi relevo. (Job 14:14)
En aquella misma hora Jesús se regocijó mucho en el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios y a inteligentes, y las revelaste a niños. Sí, Padre, porque así fue de Tu agrado. (Lucas 10:21)