Nueva Biblia Latinoamericana
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. (1 Juan 1:8)
Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad (iniquidad). (1 Juan 1:9)
Si decimos que no hemos pecado, Lo hacemos a El mentiroso y Su palabra no está en nosotros. (1 Juan 1:10)
Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguien peca, tenemos Abogado (Intercesor) para con el Padre, a Jesucristo el Justo.
El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. (1 Juan 2:2)
Y en esto sabemos que Lo hemos llegado a conocer: si guardamos Sus mandamientos. (1 Juan 2:3)
El que dice: "Yo Lo he llegado a conocer," y no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. (1 Juan 2:4)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Juan 2:1":

Charles Spurgeon
Una justicia divina
En este artículo, Charles Spurgeon explora la idea de la justicia divina y cómo el perdón de los pecados a través de la expiación de Cristo nos lleva a lamentarnos por nuestras transgresiones y vigilar para no ofender a Dios.


Charles Spurgeon
El Señor promete que no se acordará más de nuestros pecados
El Señor promete que no se acordará más de nuestros pecados - artículo de Charles Spurgeon sobre el perdón divino y la expiación de Cristo.


Samuel Acevedo
El pecado y la gracia
Reflexión sobre el equilibrio entre el pecado y la gracia de Dios en la Primera epístola de Juan y cómo reconocer nuestra necesidad de Jesucristo como abogado para experimentar la gracia y la presencia de Dios en nuestras vidas.


Faustino de Jesús Zamora Vargas
Muertos al pecado, vivos para Dios en Cristo
En este artículo, el autor explica cómo la Biblia enseña que el pecado lleva a la muerte y nos separa de Dios, pero que hay una solución celestial para obtener perdón y salvación a través de Cristo. También se discute la importancia de luchar contra la tentación, la confesión y el arrepentimiento para poder restaurar la comunión con Dios después del pecado.


Dr. Roberto Miranda
Cuando pecamos contra Dios siempre hay algún tipo de costo
Reflexión sobre el balance entre la santidad y la gracia de Dios, a través del ejemplo del rey David y su pecado con Betsabé.


1 Juan 2:1 - Referencia Cruzada

No les escribo esto para avergonzarlos, sino para amonestarlos como a hijos míos amados. (1 Corintios 4:14)
Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, (1 Timoteo 2:5)
Sin embargo, si tú has advertido al justo de que el justo no debe pecar, y él no peca, ciertamente vivirá porque aceptó la advertencia, y tú habrás salvado tu vida." (Ezequiel 3:21)
Porque por medio de Cristo los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu. (Efesios 2:18)
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. (1 Juan 1:8)
Y ahora, hijos, permanezcan en El, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de El avergonzados en Su venida. (1 Juan 2:28)
Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. (1 Juan 3:18)
Hijos míos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como El es justo. (1 Juan 3:7)
Por eso Jesús les decía: "En verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera. (Juan 5:19)
La religión pura y sin mancha delante de nuestro Dios y Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y guardarse sin mancha del mundo. (Santiago 1:27)
Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne, ármense también ustedes con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha terminado con el pecado, (1 Pedro 4:1)
Lo que hemos visto y oído les proclamamos también a ustedes, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. En verdad nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. (1 Juan 1:3)
Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios. (Santiago 3:9)
ENOJENSE, PERO NO PEQUEN; no se ponga el sol sobre su enojo, (Efesios 4:26)
Te escribo estas cosas, esperando ir a verte pronto, (1 Timoteo 3:14)
Hijos, aléjense de los ídolos. (1 Juan 5:21)
pero Jesús conserva Su sacerdocio inmutable (intransferible) puesto que permanece para siempre. (Hebreos 7:24)
Todas las cosas Me han sido entregadas por Mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo, y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar." (Lucas 10:22)
Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a los falsos profetas, porque mayor es Aquél que está en ustedes que el que está en el mundo. (1 Juan 4:4)
Al que no conoció pecado, Lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El. (2 Corintios 5:21)
Tiemblen, y no pequen; Mediten en su corazón sobre su lecho, y callen. (Selah) (Salmos 4:4)
Jesús les dijo: "Hijos, ¿acaso tienen algún pescado?" "No." respondieron ellos. (Juan 21:5)
Pero el testimonio que Yo tengo es mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre Me ha dado para llevar a cabo, las mismas obras que Yo hago, dan testimonio de Mí, de que el Padre Me ha enviado. (Juan 5:36)
Ninguno, Señor," respondió ella. Entonces Jesús le dijo: "Yo tampoco te condeno. Vete; y desde ahora no peques más." (Juan 8:11)
Sean sobrios, como conviene, y dejen de pecar; porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Para vergüenza de ustedes lo digo. (1 Corintios 15:34)
sino que así como Aquél que los llamó es Santo, así también sean ustedes santos en toda su manera de vivir. (1 Pedro 1:15)
Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre les dará, porque a El es a quien el Padre, Dios, ha marcado con Su sello." (Juan 6:27)
Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, (Tito 2:11)
¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde? (Romanos 6:1)
¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo! (Romanos 6:15)
¡Regocíjate sobremanera, hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Tu Rey viene a ti, Justo y dotado de salvación, Humilde, montado en un asno, En un pollino, hijo de asna. (Zacarías 9:9)
al igual que el Padre Me conoce y Yo conozco al Padre, y doy Mi vida por las ovejas. (Juan 10:15)
¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. (Romanos 8:34)
Jesús le dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí. (Juan 14:6)
Porque Cristo (el Mesías) no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros, (Hebreos 9:24)
Ustedes saben que Cristo se manifestó a fin de quitar los pecados, y en El no hay pecado. (1 Juan 3:5)
Les escribo a ustedes, hijos, porque sus pecados les han sido perdonados por el nombre de Cristo. (1 Juan 2:12)
Hijitos, estaré con ustedes un poco más de tiempo. Me buscarán, y como dije a los Judíos, ahora también les digo a ustedes: 'adonde Yo voy, ustedes no pueden ir.' (Juan 13:33)
EL CUAL NO COMETIO PECADO, NI ENGAÑO ALGUNO SE HALLO EN SU BOCA; (1 Pedro 2:22)
Porque también Cristo (el Mesías) murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu. (1 Pedro 3:18)
Después de esto Jesús lo halló en el templo y le dijo: "Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor." (Juan 5:14)
Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes, (Gálatas 4:19)