Por tanto, no reine el pecado en su cuerpo mortal para que ustedes no obedezcan a sus lujurias;
(Romanos 6:12)ni presenten los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino preséntense ustedes mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y sus miembros a Dios como instrumentos de justicia.
(Romanos 6:13)Porque el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, pues no están bajo la ley sino bajo la gracia.
(Romanos 6:14)¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo!
¿No saben ustedes que cuando se presentan como esclavos a alguien para obedecerle, son esclavos de aquél a quien obedecen, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?
(Romanos 6:16)Pero gracias a Dios, que aunque ustedes eran esclavos del pecado, se hicieron obedientes de corazón a aquella forma de doctrina a la que fueron entregados,
(Romanos 6:17)y habiendo sido libertados del pecado, ustedes se han hecho siervos de la justicia.
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Romanos 6:15 - Referencia Cruzada
Pero si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros hemos sido hallados pecadores, ¿es Cristo, entonces, ministro de pecado? ¡De ningún modo!
(Gálatas 2:17)¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos ? ¡De ninguna manera! Porque ya hemos denunciado que tanto Judíos como Griegos están todos bajo pecado.
(Romanos 3:9)Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres,
(Tito 2:11)¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde?
(Romanos 6:1)Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo.
(Judas 1:4)A los Judíos me hice como Judío, para poder ganar a los Judíos. A los que están bajo la Ley, como bajo la Ley, aunque yo no estoy bajo la Ley, para poder ganar a los que están bajo la Ley.
(1 Corintios 9:20)Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
(2 Corintios 7:1)Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios;
(Efesios 2:8)