Nueva Biblia Latinoamericana
Los que cuidaban la manada huyeron; y fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados. (Mateo 8:33)
Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando Lo vieron, Le rogaron que se fuera de su región. (Mateo 8:34)
Subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado del mar y llegó a Su ciudad. (Mateo 9:1)
Y Le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: "Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados."
Y algunos de los escribas decían para sí: "Este blasfema." (Mateo 9:3)
Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: "¿Por qué piensan mal en sus corazones? (Mateo 9:4)
Porque, ¿qué es más fácil, decir: 'Tus pecados te son perdonados,' o decir: 'Levántate, y anda'? (Mateo 9:5)

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Mateo 9:2 - Referencia Cruzada

Y al atardecer, Le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con Su palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, (Mateo 8:16)
Hija, tu fe te ha sanado," le dijo Jesús; "vete en paz y queda sana de tu aflicción." (Marcus 5:34)
Por lo cual te digo que sus pecados, que son muchos, han sido perdonados, porque amó mucho; pero a quien poco se le perdona, poco ama." (Lucas 7:47)
Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que Lo seguían: "En verdad les digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande. (Mateo 8:10)
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación. (Romanos 5:11)
Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados," entonces dijo al paralítico: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa." (Mateo 9:6)
Salmo de David. Masquil. ¡Cuán bienaventurado es aquél cuya transgresión es perdonada, Cuyo pecado es cubierto! (Salmos 32:1)
Y unos hombres trajeron en una camilla a un hombre que estaba paralítico; y trataban de meterlo y ponerlo delante de Jesús. (Lucas 5:18)
dando gracias al Padre que nos ha capacitado para compartir la herencia de los santos en la Luz. (Colosenses 1:12)
He disipado como una densa nube tus transgresiones, Y como espesa niebla tus pecados. Vuélvete a Mí, porque Yo te he redimido." (Isaías 44:22)
Pero alguien dirá: "Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras." (Santiago 2:18)
Se extendió Su fama por toda Siria; y traían a El todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, los endemoniados, epilépticos y paralíticos, y El los sanaba. (Mateo 4:24)
Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: "Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado." Y al instante la mujer quedó sana. (Mateo 9:22)
Cuando Jesús entró de nuevo en Capernaúm varios días después, se oyó que estaba en casa. (Marcus 2:1)
Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo." (Juan 16:33)
a tal punto que aun sacaban a los enfermos a las calles y los tendían en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre alguno de ellos. (Hechos 5:15)
Porque éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días," declara el SEÑOR. "Pondré Mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré. Entonces Yo seré su Dios y ellos serán Mi pueblo. (Jeremías 31:33)
Vete, come tu pan con gozo, Y bebe tu vino con corazón alegre, Porque Dios ya ha aprobado tus obras. (Eclesiastés 9:7)
Por tanto, hermanos, sepan que por medio de El les es anunciado el perdón de los pecados; (Hechos 13:38)
y no tenía necesidad de que nadie Le diera testimonio del hombre, porque El conocía lo que había en el interior del hombre. (Juan 2:25)
Este escuchaba hablar a Pablo, el cual, fijando la mirada en él, y viendo que tenía fe para ser sanado, (Hechos 14:9)
Consuelen, consuelen a Mi pueblo," dice su Dios. (Isaías 40:1)
Jesús les dijo: "Hijos, ¿acaso tienen algún pescado?" "No." respondieron ellos. (Juan 21:5)
de tal manera que incluso llevaban pañuelos o delantales de su cuerpo a los enfermos, y las enfermedades los dejaban y los malos espíritus se iban de ellos. (Hechos 19:12)
A la caída de la tarde, después de la puesta del sol, trajeron a Jesús todos los que estaban enfermos y los endemoniados. (Marcus 1:32)
Como también David habla de la bendición que viene sobre el hombre a quien Dios atribuye justicia aparte de las obras: (Romanos 4:6)