Nueva Biblia Latinoamericana
y los demonios Le rogaban: "Si vas a echarnos fuera, mándanos a la manada de cerdos." (Mateo 8:31)
¡Vayan!" les dijo Jesús. Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y la manada entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas. (Mateo 8:32)
Los que cuidaban la manada huyeron; y fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados. (Mateo 8:33)
Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando Lo vieron, Le rogaron que se fuera de su región.
Subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado del mar y llegó a Su ciudad. (Mateo 9:1)
Y Le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: "Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados." (Mateo 9:2)
Y algunos de los escribas decían para sí: "Este blasfema." (Mateo 9:3)

Otras publicaciones relacionadas con "Mateo 8:34":

Dr. Roberto Miranda
Donde está la Presencia del Señor los demonios huyen
En este mensaje, el pastor habla sobre la importancia de la Palabra de Dios y el liderazgo espiritual en los hogares y las iglesias, la necesidad de dar espacio a Dios en nuestras reuniones para permitirle que traiga liberación a la gente. También se hace referencia a la historia de la mujer encorvada en la sinagoga y la importancia de encarnar la visión, el poder y el amor de Dios. Se anima a ser una iglesia amorosa y compasiva que hable la verdad y predique la Palabra de Dios con amor y misericordia, y que sea agente de transformación para la comunidad.


Dr. Roberto Miranda
No te lleves de regreso tu paralítico
En este pasaje bíblico, Jesús enseña y sana a un paralítico gracias a la fe y audacia de unos hombres que lo llevaron hasta él. El autor reflexiona acerca de la importancia de prepararse para lo que Dios quiere hacer, arriesgar todo por Él y entregarse completamente para permitir que el Espíritu Santo fluya en nuestras vidas. La oración final invita a aquellos que aún no han entregado su vida a Jesús a hacerlo ahora mismo y ser transformados.


Mateo 8:34 - Referencia Cruzada

Samuel hizo lo que el SEÑOR dijo, y fue a Belén. Y los ancianos de la ciudad vinieron a su encuentro temblando y dijeron: "¿Vienes en paz?" (1 Samuel 16:4)
Ellos dijeron a Dios: 'Apártate de nosotros' Y: '¿Qué puede hacernos el Todopoderoso?' (Job 22:17)
Entonces toda la gente (la multitud) de la región alrededor de los Gadarenos Le pidió a Jesús que se alejara de ellos, porque estaban poseídos de un gran temor. Y El, entrando a una barca, regresó. (Lucas 8:37)
Al ver a Jesús, gritó y cayó delante de El, y dijo en alta voz: "¿Qué tienes Tú que ver conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes." (Lucas 8:28)
Y ella le dijo a Elías: "¿Qué tengo que ver contigo, oh hombre de Dios? ¡Has venido para traer a memoria mis iniquidades y hacer morir a mi hijo!" (1 Reyes 17:18)
Entonces vinieron y les suplicaron, y después de sacarlos, les rogaban que salieran de la ciudad. (Hechos 16:39)
Cuando Acab vio a Elías, Acab le dijo: "¿Eres tú, perturbador de Israel?" (1 Reyes 18:17)
Y gritaron: "¿Qué hay entre Tú y nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes del tiempo (designado para el juicio)?" (Mateo 8:29)
Y dicen a Dios: '¡Apártate de nosotros! No deseamos el conocimiento de Tus caminos. (Job 21:14)
Y comenzaron a rogar a Jesús que se fuera de su región. (Marcus 5:17)
Ahora pues, ¿por qué hemos de morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si seguimos oyendo la voz del SEÑOR nuestro Dios, entonces moriremos. (Deuteronomio 5:25)
Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: "¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!" (Lucas 5:8)