Nueva Biblia Latinoamericana
¿Por qué Te olvidas para siempre de nosotros, Y nos abandonas a perpetuidad? (Lamentaciones 5:20)
Restáuranos a Ti, oh SEÑOR, y seremos restaurados; Renueva nuestros días como antaño, (Lamentaciones 5:21)
A no ser que nos hayas desechado totalmente, Y estés enojado en gran manera contra nosotros. (Lamentaciones 5:22)
En el año treinta, al quinto día del mes cuarto, estando yo entre los desterrados junto al río Quebar, los cielos se abrieron y contemplé visiones de Dios.
(En aquel día cinco del mes, en el año quinto del destierro del rey Joaquín, (Ezequiel 1:2)
la palabra del SEÑOR fue dirigida al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en la tierra de los Caldeos junto al río Quebar, y allí vino sobre él la mano del SEÑOR.) (Ezequiel 1:3)
Mientras miraba, vi que venía del norte un viento huracanado, una gran nube con fuego fulgurante y un resplandor a su alrededor. En su centro había algo como un metal refulgente en medio del fuego. (Ezequiel 1:4)

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Ezequiel 1:1 - Referencia Cruzada

Había en Damasco cierto discípulo llamado Ananías; y el Señor le dijo en una visión: "Ananías." "Aquí estoy, Señor," contestó él. (Hechos 9:10)
Estos eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel junto al río Quebar; entonces supe que eran querubines. (Ezequiel 10:20)
Y aconteció que cuando todo el pueblo era bautizado, Jesús también fue bautizado; y mientras El oraba, el cielo se abrió, (Lucas 3:21)
Y Dios habló a Israel en una visión nocturna, y dijo: "Jacob, Jacob." Y él respondió: "Aquí estoy." (Génesis 46:2)
El gloriarse es necesario, aunque no es provechoso. Pasaré entonces a las visiones y revelaciones del Señor. (2 Corintios 12:1)
Pues bien, he tomado todas estas cosas en mi corazón y declaro todo esto: que los justos y los sabios y sus hechos están en la mano de Dios. Los hombres no saben ni de amor ni de odio, aunque todo está delante de ellos. (Eclesiastés 9:1)
Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'Como a estos higos buenos, así consideraré como buenos a los desterrados de Judá que Yo he echado de este lugar a la tierra de los Caldeos. (Jeremías 24:5)
Visión que tuvo Isaías, hijo de Amoz, con relación a Judá y Jerusalén, en los días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. (Isaías 1:1)
Tenía el aspecto de la visión que vi, como la visión que había visto cuando El vino a destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que yo había visto junto al río Quebar. Entonces me postré sobre mi rostro. (Ezequiel 43:3)
Vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. El que lo montaba se llama Fiel y Verdadero. Con justicia juzga y hace la guerra. (Apocalipsis 19:11)
y vieron al Dios de Israel. Debajo de Sus pies había como un embaldosado de zafiro, tan claro como el mismo cielo. (Éxodo 24:10)
En visiones de Dios, El me llevó a la tierra de Israel y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual, hacia el sur, había una construcción parecida a una ciudad. (Ezequiel 40:2)
Inmediatamente, al salir del agua, vio que los cielos se abrían, y que el Espíritu descendía sobre El como una paloma; (Marcus 1:10)
También le dijo: "En verdad les digo que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre." (Juan 1:51)
Así que me levanté y salí a la llanura; y la gloria del SEÑOR estaba parada allí, como la gloria que yo había visto junto al río Quebar, y caí rostro en tierra. (Ezequiel 3:23)
Y el Espíritu me levantó y me llevó a Caldea (Babilonia), a los desterrados, en visión por el Espíritu de Dios. Y se alejó de mí la visión que había visto. (Ezequiel 11:24)
Cuando Jesús comenzó Su ministerio , tenía unos treinta años, siendo, como se suponía, hijo de José, quien era hijo de Elí, (Lucas 3:23)
En cuanto a la forma de sus caras, eran las mismas caras cuya apariencia yo había visto junto al río Quebar. Cada uno caminaba derecho hacia adelante. (Ezequiel 10:22)
Entonces los querubines se levantaron. Estos eran los seres vivientes que yo había visto en el río Quebar. (Ezequiel 10:15)
Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y los cielos se abrieron en ese momento y él (Juan) vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El. (Mateo 3:16)
y dijo: "Veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios." (Hechos 7:56)
Como a la hora novena (3 p.m.), vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba a donde él estaba y le decía: "Cornelio." (Hechos 10:3)
la palabra del SEÑOR fue dirigida al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en la tierra de los Caldeos junto al río Quebar, y allí vino sobre él la mano del SEÑOR.) (Ezequiel 1:3)
Después de estas cosas la palabra del SEÑOR vino a Abram en visión, diciendo: "No temas, Abram, Yo soy un escudo para ti; Tu recompensa será muy grande." (Génesis 15:1)
También he hablado a los profetas Y multipliqué las visiones; Y por medio de los profetas hablé en parábolas. (Oseas 12:10)
Entonces vine a los desterrados de Tel Abib que habitaban junto al río Quebar, y allí donde ellos vivían, estuve sentado siete días, atónito, en medio de ellos. (Ezequiel 3:15)
Y sucederá que después de esto, Derramaré Mi Espíritu sobre toda carne; Y sus hijos y sus hijas profetizarán, Sus ancianos soñarán sueños, Sus jóvenes verán visiones. (Joel 2:28)
Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo. Y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompeta que hablaba conmigo, decía: "Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas." (Apocalipsis 4:1)
Vio el cielo abierto y un objeto semejante a un gran lienzo que descendía, bajado a la tierra por las cuatro puntas. (Hechos 10:11)
El dijo: "Oigan ahora Mis palabras: Si entre ustedes hay profeta, Yo, el SEÑOR, me manifestaré a él en visión. Hablaré con él en sueños. (Números 12:6)
Mientras descendían del monte, Jesús les ordenó: "No cuenten a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos." (Mateo 17:9)
En el tercer año del reinado del rey Belsasar, se me apareció a mí, Daniel, una visión, después de aquélla que se me había aparecido anteriormente. (Daniel 8:1)
de treinta años arriba hasta los cincuenta, todos los que se enlistan para servir en la tienda de reunión. (Números 4:3)
Y extendió algo semejante a una mano y me tomó por un mechón de mi cabello; y el Espíritu me alzó entre la tierra y el cielo y me llevó a Jerusalén en visiones de Dios, a la entrada de la puerta que mira al norte del atrio interior, allí donde estaba la morada del ídolo de los celos que provoca los celos. (Ezequiel 8:3)