Y todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos, sus alas y las ruedas estaban llenos de ojos alrededor, las ruedas de los cuatro.
(Ezequiel 10:12)Y cada uno de los querubines tenía cuatro caras. La primera cara era la cara de un querubín, la segunda, la cara de un hombre, la tercera, la cara de un león y la cuarta, la cara de un águila.
(Ezequiel 10:14)Entonces los querubines se levantaron. Estos eran los seres vivientes que yo había visto en el río Quebar.
Cuando los querubines andaban, las ruedas andaban a su lado; y cuando los querubines alzaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se apartaban de su lado.
(Ezequiel 10:16)Cuando los querubines se detenían, las ruedas se detenían, y cuando se levantaban, las ruedas se levantaban con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en ellas.
(Ezequiel 10:17)Entonces la gloria del SEÑOR salió de sobre el umbral del templo y se puso sobre los querubines.
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Ezequiel 10:15 - Referencia Cruzada
En medio de los seres vivientes había algo que parecía carbones encendidos en llamas, eran como antorchas que se lanzaban de un lado a otro entre los seres vivientes. El fuego resplandecía, y del fuego salían rayos.
(Ezequiel 1:13)Entonces El me dijo: "Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos, las grandes abominaciones que comete aquí la casa de Israel para que Me aleje de Mi santuario? Pero aún verás mayores abominaciones."
(Ezequiel 8:6)Entonces los querubines alzaron sus alas con las ruedas a su lado, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos.
(Ezequiel 11:22)la palabra del SEÑOR fue dirigida al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en la tierra de los Caldeos junto al río Quebar, y allí vino sobre él la mano del SEÑOR.)
(Ezequiel 1:3)Entonces la gloria del SEÑOR salió de sobre el umbral del templo y se puso sobre los querubines.
(Ezequiel 10:18)Tenía el aspecto de la visión que vi, como la visión que había visto cuando El vino a destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que yo había visto junto al río Quebar. Entonces me postré sobre mi rostro.
(Ezequiel 43:3)Aunque críen a sus hijos, Se los quitaré hasta que no quede hombre alguno. Sí, ¡ay de ellos también cuando de ellos Me aparte!
(Oseas 9:12)También en su centro vi figuras semejantes a cuatro seres vivientes. Y éste era su aspecto: tenían forma humana.
(Ezequiel 1:5)