Nueva Biblia Latinoamericana
Pero el tribunal se sentará para juzgar , y su dominio le será quitado, aniquilado y destruido para siempre. (Daniel 7:26)
Y la soberanía (el reino), el dominio y la grandeza de todos los reinos debajo de todo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino será un reino eterno, y todos los dominios Le servirán y Le obedecerán.' (Daniel 7:27)
Hasta aquí la revelación. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron en gran manera y mi rostro palideció, pero guardé el asunto en mi corazón." (Daniel 7:28)
En el tercer año del reinado del rey Belsasar, se me apareció a mí, Daniel, una visión, después de aquélla que se me había aparecido anteriormente.
Cuando miré en la visión, sucedió que al mirar, yo me encontraba en la ciudadela de Susa, que está en la provincia de Elam, y vi en la visión que yo estaba junto al Río Ulai. (Daniel 8:2)
Alcé, pues, mis ojos y miré que un carnero estaba delante del río. Tenía dos cuernos, y los dos cuernos eran altos, pero uno era más alto que el otro, y el más alto creció el último. (Daniel 8:3)
Vi al carnero dando cornadas al oeste, al norte y al sur, y ninguna bestia podía mantenerse en pie delante de él, y nadie podía librarse de su poder. Hacía lo que quería, y se engrandeció. (Daniel 8:4)

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Daniel 8:1 - Referencia Cruzada

en el año primero de su reinado, yo, Daniel, pude entender en los libros el número de los años en que, por palabra del SEÑOR que fue revelada al profeta Jeremías, debían cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta años. (Daniel 9:2)
Y sucedió que después que yo, Daniel, había visto la visión y trataba de comprenderla, vi de pie, ante mí, uno con apariencia de hombre. (Daniel 8:15)
En aquellos días, yo, Daniel, había estado en duelo durante tres semanas completas. (Daniel 10:2)
A mí, Daniel, se me angustió por dentro el espíritu, y las visiones de mi mente seguían turbándome. (Daniel 7:15)
Y sólo yo, Daniel, vi la visión. Los hombres que estaban conmigo no vieron la visión, pero un gran terror cayó sobre ellos y huyeron a esconderse. (Daniel 10:7)
En el primer año del rey Belsasar de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones en su mente, estando en su cama. Entonces escribió el sueño y relató el resumen de él: (Daniel 7:1)
Hasta aquí la revelación. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron en gran manera y mi rostro palideció, pero guardé el asunto en mi corazón." (Daniel 7:28)
Pero cuando se haya levantado, su reino será fragmentado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo, no a sus descendientes, ni según el poder que ejerció, pues su reino será arrancado y dado a otros fuera de ellos. (Daniel 11:4)