Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando los querubines se detenían, las ruedas se detenían, y cuando se levantaban, las ruedas se levantaban con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en ellas. (Ezequiel 10:17)
Entonces la gloria del SEÑOR salió de sobre el umbral del templo y se puso sobre los querubines. (Ezequiel 10:18)
Cuando los querubines alzaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojos salieron con las ruedas a su lado, y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la casa del SEÑOR. Y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos. (Ezequiel 10:19)
Estos eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel junto al río Quebar; entonces supe que eran querubines.
Cada uno tenía cuatro caras y cada uno cuatro alas, y había una semejanza de manos de hombre debajo de sus alas. (Ezequiel 10:21)
En cuanto a la forma de sus caras, eran las mismas caras cuya apariencia yo había visto junto al río Quebar. Cada uno caminaba derecho hacia adelante. (Ezequiel 10:22)
Entonces el Espíritu me levantó y me llevó a la puerta oriental de la casa del SEÑOR que mira al oriente. Y a la entrada de la puerta había veinticinco hombres, y entre ellos vi a Jaazanías, hijo de Azur, y a Pelatías, hijo de Benaía, jefes del pueblo. (Ezequiel 11:1)

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Ezequiel 10:20 - Referencia Cruzada

Así que me levanté y salí a la llanura; y la gloria del SEÑOR estaba parada allí, como la gloria que yo había visto junto al río Quebar, y caí rostro en tierra. (Ezequiel 3:23)
En el año treinta, al quinto día del mes cuarto, estando yo entre los desterrados junto al río Quebar, los cielos se abrieron y contemplé visiones de Dios. (Ezequiel 1:1)
Luego esculpió todas las paredes de la casa en derredor con grabados de figuras de querubines, palmeras y flores abiertas, tanto el santuario interior como el exterior. (1 Reyes 6:29)
También en su centro vi figuras semejantes a cuatro seres vivientes. Y éste era su aspecto: tenían forma humana. (Ezequiel 1:5)
Sobre las cabezas de los seres vivientes había algo semejante a un firmamento con el brillo deslumbrante de un cristal, extendido por encima de sus cabezas. (Ezequiel 1:22)
Entonces los querubines se levantaron. Estos eran los seres vivientes que yo había visto en el río Quebar. (Ezequiel 10:15)
Y en las planchas de sus soportes y en sus bordes grabó querubines, leones y palmeras, conforme al espacio disponible de cada una, con guirnaldas alrededor. (1 Reyes 7:36)