Nueva Biblia Latinoamericana
Porque ciertamente no ayuda a los ángeles, sino que ayuda a la descendencia de Abraham. (Hebreos 2:16)
Por tanto, tenía que ser hecho semejante a Sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo. (Hebreos 2:17)
Pues por cuanto El mismo fue tentado en el sufrimiento, es poderoso para socorrer a los que son tentados. (Hebreos 2:18)
Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe.
El cual fue fiel al que Lo designó (constituyó), como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. (Hebreos 3:2)
Porque Jesús ha sido considerado digno de más gloria que Moisés, así como el constructor de la casa tiene más honra que la casa. (Hebreos 3:3)
Porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios. (Hebreos 3:4)

Otras publicaciones relacionadas con "Hebreos 3:1":

¿Tienes acceso a Dios?
El autor de Hebreos recuerda a los cristianos que ahora tienen a Jesús como su gran Sumo Sacerdote y los anima a acercarse al trono de la gracia para recibir misericordia y encontrar la gracia que los ayude en su tiempo de necesidad. Este sermón explora cómo Jesús conoce la tentación y cómo podemos resistir el pecado siguiéndolo y buscando su misericordia y compasión para llevar una vida santa.


Gregory Bishop
La sangre de Cristo
Este sermón habla de la importancia de confiar en la sangre de Cristo como nuestro substituto para el pecado y la culpa que todos tenemos. Se habla de la importancia de vivir la cruz, abrazar el sufrimiento y reconocer nuestras debilidades para poder confiar en Dios y mover en el poder de la resurrección de Jesucristo.


Hebreos 3:1 - Referencia Cruzada

Regocíjate sobre ella, cielo, y también ustedes, santos, apóstoles y profetas, porque Dios ha pronunciado juicio contra ella por ustedes." (Apocalipsis 18:20)
Y los que tienen amos que son creyentes, no les falten el respeto, porque son hermanos, sino sírvanles aún mejor, ya que son creyentes y amados los que se benefician de su servicio. Enseña y predica estos principios. (1 Timoteo 6:2)
y puesto que tenemos un gran Sacerdote sobre la casa de Dios, (Hebreos 10:21)
es decir, nosotros, a quienes también llamó, no sólo de entre los Judíos, sino también de entre los Gentiles. (Romanos 9:24)
Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; porque todos participamos de aquel mismo pan. (1 Corintios 10:17)
Para que vean y entiendan, Consideren y comprendan a una Que la mano del SEÑOR ha hecho esto, Que el Santo de Israel lo ha creado. (Isaías 41:20)
Porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de un Padre ; por lo cual El no se avergüenza de llamarlos hermanos, (Hebreos 2:11)
Ellos pelearán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque El es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con El son llamados, escogidos y fieles." (Apocalipsis 17:14)
Con este fin también nosotros oramos siempre por ustedes, para que nuestro Dios los considere (los haga) dignos de su llamamiento y cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe con poder, (2 Tesalonicenses 1:11)
En sus banquetes hay lira y arpa, pandero y flauta, y vino, Pero no contemplan las obras del SEÑOR, Ni ven la obra de Sus manos. (Isaías 5:12)
El SEÑOR ha jurado y no se retractará: "Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec." (Salmos 110:4)
El buey conoce a su dueño Y el asno el pesebre de su amo; Pero Israel no conoce, Mi pueblo no tiene entendimiento." (Isaías 1:3)
Les encargo solemnemente por el Señor que se lea esta carta a todos los hermanos. (1 Tesalonicenses 5:27)
Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en las cosas que a Dios se refieren, para presentar ofrendas y sacrificios por los pecados. (Hebreos 5:1)
Por tanto, tenía que ser hecho semejante a Sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo. (Hebreos 2:17)
Sí, tuvieron a bien hacerlo, y a la verdad que están en deuda con ellos. Porque si los Gentiles han participado de sus bienes espirituales, también están obligados a servir a los santos en los bienes materiales. (Romanos 15:27)
Ahora bien, el punto principal de lo que se ha dicho es éste: tenemos tal Sumo Sacerdote, que se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, (Hebreos 8:1)
Pero cuando Cristo apareció como Sumo Ssacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, (Hebreos 9:11)
Ahora pues, así dice el SEÑOR de los ejércitos: "¡Consideren bien sus caminos! (Hageo 1:5)
Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también ustedes fueron llamados en una misma esperanza de su vocación; (Efesios 4:4)
Ahora pues, consideren bien esto de hoy en adelante: antes que se pusiera piedra sobre piedra en el templo del SEÑOR, (Hageo 2:15)
entre los cuales están también ustedes, llamados de Jesucristo. (Romanos 1:6)
Por tanto, a los ancianos entre ustedes, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: (1 Pedro 5:1)
Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo (Santiago), a los llamados, amados en Dios Padre y guardados para Jesucristo: (Judas 1:1)
Porque consideró y se apartó de todas las transgresiones que había cometido, ciertamente vivirá, no morirá. (Ezequiel 18:28)
Porque convenía que tuviéramos tal Sumo Sacerdote: santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores, y exaltado más allá de los cielos, (Hebreos 7:26)
Fue para esto que El los llamó mediante nuestro evangelio, para que alcancen (ganen) la gloria de nuestro Señor Jesucristo. (2 Tesalonicenses 2:14)
Lo que hemos visto y oído les proclamamos también a ustedes, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. En verdad nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. (1 Juan 1:3)
Luego dijo a Tomás: "Acerca aquí tu dedo, y mira Mis manos; extiende aquí tu mano y métela en Mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." (Juan 20:27)
Porque somos hechos partícipes de Cristo, si es que retenemos firme hasta el fin el principio de nuestra seguridad. (Hebreos 3:14)
Pues les digo que Cristo se hizo servidor de la circuncisión para demostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas dadas a los padres, (Romanos 15:8)
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con todos los que en cualquier parte invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: (1 Corintios 1:2)
Considera lo que digo, pues el Señor te dará entendimiento en todo. (2 Timoteo 2:7)
Pelea la buena batalla de la fe. Echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos. (1 Timoteo 6:12)
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios , a fin de que anuncien las virtudes de Aquél que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable. (1 Pedro 2:9)
Y tú, hijo de hombre, prepárate el equipaje del destierro y sal al destierro de día, ante sus ojos; sal al destierro desde tu lugar a otro lugar, ante sus ojos. Quizá entiendan, aunque son una casa rebelde. (Ezequiel 12:3)
sin embargo, ahora Dios los ha reconciliado en Cristo en Su cuerpo de carne, mediante Su muerte, a fin de presentarlos santos, sin mancha e irreprensibles delante de El. (Colosenses 1:22)
Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su gloria eterna en Cristo, El mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá, y establecerá. (1 Pedro 5:10)
dando gracias al Padre que nos ha capacitado para compartir la herencia de los santos en la Luz. (Colosenses 1:12)
Entonces, ustedes como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia (tolerancia); (Colosenses 3:12)
Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos. (1 Pedro 3:5)
Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan (anden) de una manera digna de la vocación con que han sido llamados. (Efesios 4:1)
Jesús les dijo otra vez: "Paz a ustedes; como el Padre Me ha enviado, así también Yo los envío." (Juan 20:21)
Pues Su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de Aquél que nos llamó por Su gloria y excelencia. (2 Pedro 1:3)
para que anduvieran como es digno del Dios que los ha llamado a Su reino y a Su gloria. (1 Tesalonicenses 2:12)
prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:14)
Y nuestra esperanza respecto de ustedes está firmemente establecida, sabiendo que como son copartícipes de los sufrimientos, así también lo son de la consolación. (2 Corintios 1:7)
Teniendo, pues, un gran Sumo Sacerdote que trascendió los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, retengamos nuestra fe. (Hebreos 4:14)
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito. (Romanos 8:28)
Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz del olivo, (Romanos 11:17)
adonde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre. (Hebreos 6:20)
Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él. (1 Corintios 9:23)
El nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según Su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad, (2 Timoteo 1:9)
a saber, que los Gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio (las buenas nuevas). (Efesios 3:6)