a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos.
(Filipenses 3:11)
No es que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús.
(Filipenses 3:12)
Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante,
(Filipenses 3:13)
prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Así que todos los que somos perfectos, tengamos esta misma actitud; y si en algo tienen una actitud distinta, eso también se lo revelará Dios.
(Filipenses 3:15)
Sin embargo, continuemos viviendo según la misma norma que hemos alcanzado.
(Filipenses 3:16)
Hermanos, sean imitadores míos, y observen a los que andan según el ejemplo que tienen en nosotros.
(Filipenses 3:17)
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Filipenses 3:14 - Referencia Cruzada
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
(1 Pedro 1:3)
Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación,
(2 Corintios 4:17)
Al vencedor, le concederé sentarse conmigo en Mi trono, como yo también vencí y me senté con Mi Padre en Su trono.
(Apocalipsis 3:21)
para que anduvieran como es digno del Dios que los ha llamado a Su reino y a Su gloria.
(1 Tesalonicenses 2:12)
Por tanto, preparen su entendimiento para la acción. Sean sobrios en espíritu , pongan su esperanza completamente en la gracia que se les traerá en la revelación (la manifestación) de Jesucristo.
(1 Pedro 1:13)
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito.
(Romanos 8:28)
Lo hizo para dar a conocer las riquezas de Su gloria sobre los vasos de misericordia, que de antemano El preparó para gloria,
(Romanos 9:23)
Pues Su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de Aquél que nos llamó por Su gloria y excelencia.
(2 Pedro 1:3)
Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su gloria eterna en Cristo, El mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá, y establecerá.
(1 Pedro 5:10)
Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe.
(Hebreos 3:1)
La Ley y los Profetas se proclamaron hasta Juan; desde entonces se anuncian las buenas nuevas (el evangelio) del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.
(Lucas 16:16)
¿No saben que los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero sólo uno obtiene el premio? Corran de tal modo que ganen.
(1 Corintios 9:24)
Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque Dios los ha escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.
(2 Tesalonicenses 2:13)
He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe.
(2 Timoteo 4:7)
Por tanto, dejando las enseñanzas elementales acerca de Cristo (el Mesías), avancemos hacia la madurez (perfección), no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe en Dios,
(Hebreos 6:1)