Nueva Biblia Latinoamericana
Por lo cual Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de Su propósito, interpuso (garantizó) un juramento, (Hebreos 6:17)
a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. (Hebreos 6:18)
Tenemos como ancla del alma, una esperanza segura y firme, y que penetra hasta detrás del velo, (Hebreos 6:19)
adonde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.
Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que se encontró con Abraham cuando éste regresaba de la matanza de los reyes, y lo bendijo, (Hebreos 7:1)
y Abraham le entregó el diezmo de todos los despojos. El nombre Melquisedec significa primeramente rey de justicia, y luego también rey de Salem, esto es, rey de paz. (Hebreos 7:2)
Sin tener padre, ni madre, y sin genealogía, no teniendo principio de días ni fin de vida, siendo hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote a perpetuidad. (Hebreos 7:3)

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Hebreos 6:20 - Referencia Cruzada

Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que se encontró con Abraham cuando éste regresaba de la matanza de los reyes, y lo bendijo, (Hebreos 7:1)
Teniendo, pues, un gran Sumo Sacerdote que trascendió los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, retengamos nuestra fe. (Hebreos 4:14)
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12:2)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. (Efesios 1:3)
¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. (Romanos 8:34)
como también dice en otro pasaje: "TU ERES SACERDOTE PARA SIEMPRE SEGUN EL ORDEN DE MELQUISEDEC." (Hebreos 5:6)
Por tanto, tenía que ser hecho semejante a Sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo. (Hebreos 2:17)
Les escribo a ustedes, hijos, porque sus pecados les han sido perdonados por el nombre de Cristo. (1 Juan 2:12)
Porque convenía que Aquél para quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos. (Hebreos 2:10)
Porque Cristo (el Mesías) no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros, (Hebreos 9:24)
Ese poder obró en Cristo cuando Lo resucitó de entre los muertos y Lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales, (Efesios 1:20)
Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe. (Hebreos 3:1)
siendo constituido por Dios como sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. (Hebreos 5:10)
En la casa de Mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, se lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes. (Juan 14:2)
entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de Su propia sangre, obteniendo redención eterna. (Hebreos 9:12)
El es el resplandor de Su gloria y la expresión (representación) exacta de Su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, el Hijo se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, (Hebreos 1:3)
Ahora bien, el punto principal de lo que se ha dicho es éste: tenemos tal Sumo Sacerdote, que se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, (Hebreos 8:1)
quien está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo después de que Le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades. (1 Pedro 3:22)