Nueva Biblia Latinoamericana
Y los pueblos serán calcinados, Como espinos cortados que son quemados en el fuego. (Isaías 33:12)
Oigan, los que están lejos, lo que he hecho; Y los que están cerca, reconozcan Mi poder." (Isaías 33:13)
Aterrados están los pecadores en Sion, El temblor se ha apoderado de los impíos. ¿Quién de nosotros habitará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? (Isaías 33:14)
El que anda en justicia y habla con sinceridad, El que rehúsa la ganancia injusta, Y se sacude las manos para que no retengan soborno; El que se tapa los oídos para no oír del derramamiento de sangre, Y cierra los ojos para no ver el mal.
Ese morará en las alturas, En la peña inconmovible estará su refugio; Se le dará su pan, Tendrá segura su agua. (Isaías 33:16)
Tus ojos contemplarán al Rey en Su hermosura, Verán una tierra muy lejana. (Isaías 33:17)
Tu corazón meditará en el terror, y dirá: "¿Dónde está el que cuenta? ¿Dónde está el que pesa? ¿Dónde está el que cuenta las torres?" (Isaías 33:18)

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Isaías 33:15 - Referencia Cruzada

No pervertirás el derecho de tu hermano menesteroso en su pleito. (Éxodo 23:6)
Salmo de David. SEÑOR, ¿quién habitará en Tu tabernáculo? ¿Quién morará en Tu santo monte? (Salmos 15:1)
pues no come en los santuarios de los montes, ni levanta sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, ni deshonra a la mujer de su prójimo; (Ezequiel 18:15)
Ambos eran justos delante de Dios, y se conducían intachablemente en todos los mandamientos y preceptos del Señor. (Lucas 1:6)
Así dice el SEÑOR: "Preserven el derecho y hagan justicia, Porque Mi salvación está para llegar Y Mi justicia para ser revelada. (Isaías 56:1)
Porque en Mi pueblo se encuentran impíos Que vigilan como cazadores al acecho; Ponen trampa, Atrapan hombres. (Jeremías 5:26)
No torcerás la justicia; no harás acepción de personas, ni tomarás soborno, porque el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las palabras del justo. (Deuteronomio 16:19)
Y los hombres de David le dijeron: "Mira, este es el día del que el SEÑOR te habló: 'Voy a entregar a tu enemigo en tu mano, y harás con él como bien te parezca.'" Entonces David se levantó y cortó a escondidas la orilla del manto de Saúl. (1 Samuel 24:4)
Se rebeló mi corazón dentro de mí, y reprendí a los nobles y a los oficiales y les dije: "Ustedes están cobrando en exceso cada uno a su hermano." Por tanto congregué contra ellos una gran asamblea. (Nehemías 5:7)
¿Acaso me he alegrado en la destrucción de mi enemigo, O me he regocijado cuando el mal le sobrevino? (Job 31:29)
Miren, el jornal de los obreros que han segado sus campos y que ha sido retenido por ustedes, clama contra ustedes. El clamor de los segadores ha llegado a los oídos del Señor de los ejércitos (de Sabaot). (Santiago 5:4)
Salmo de David. Hazme justicia, oh SEÑOR, porque yo en mi integridad he andado, Y en el SEÑOR he confiado sin titubear. (Salmos 26:1)
Entonces Johanán, hijo de Carea, le dijo en secreto a Gedalías en Mizpa: "Déjame ir a matar a Ismael, hijo de Netanías, y nadie lo sabrá. ¿Por qué te ha de quitar la vida y se dispersen así todos los Judíos que se han reunido alrededor de ti, y perezca el remanente de Judá?" (Jeremías 40:15)
Bienaventurados los que guardan el juicio, Los que practican la justicia en todo tiempo. (Salmos 106:3)
Moisés se enojó mucho y dijo al SEÑOR: "¡No aceptes su ofrenda! No he tomado de ellos ni un solo asno, ni le he hecho daño a ninguno de ellos." (Números 16:15)
Entonces tu luz despuntará como la aurora, Y tu recuperación brotará con rapidez. Delante de ti irá tu justicia; Y la gloria del SEÑOR será tu retaguardia. (Isaías 58:8)
Tienen los ojos llenos de adulterio y nunca cesan de pecar. Seducen a las almas inestables. Tienen un corazón ejercitado en la avaricia; son hijos de maldición. (2 Pedro 2:14)
y no participen en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascárenlas (repróchenlas). (Efesios 5:11)
El de manos limpias y corazón puro, El que no ha alzado su alma a la falsedad Ni jurado con engaño. (Salmos 24:4)
Si he negado el derecho de mi siervo o de mi sierva Cuando presentaron queja contra mí, (Job 31:13)
No juntes mi alma con pecadores, Ni mi vida con hombres sanguinarios, (Salmos 26:9)
Aparta mis ojos de mirar la vanidad, Y vivifícame en Tus caminos. (Salmos 119:37)
Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, (Hechos 8:18)
Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, (Tito 2:11)
Pero Zaqueo, puesto en pie, dijo a Jesús: "Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguien, se lo restituiré cuadruplicado." (Lucas 19:8)
y les dijo: "¿Qué están dispuestos a darme para que yo les entregue a Jesús?" Y ellos le pesaron treinta monedas de plata (30 siclos: 432 gramos). (Mateo 26:15)
Aquí estoy; testifiquen contra mí delante del SEÑOR y delante de Su ungido. ¿A quién he quitado un buey, o a quién he quitado un asno, o a quién he defraudado? ¿A quién he oprimido, o de mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? Testifiquen, y se lo restituiré." (1 Samuel 12:3)
¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, Ni se detiene en el camino de los pecadores, Ni se sienta en la silla de los escarnecedores, (Salmos 1:1)
Hijos míos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como El es justo. (1 Juan 3:7)
La verdadera instrucción (ley) estaba en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba conmigo, y apartaba a muchos de la iniquidad. (Malaquías 2:6)
Entonces Abisai dijo a David: "Hoy Dios ha entregado a tu enemigo en tu mano. Ahora pues, déjame clavarlo a la tierra de un solo golpe; no tendré que darle por segunda vez." (1 Samuel 26:8)
Con los falsos no me he sentado, Ni con los hipócritas iré. (Salmos 26:4)
Para el mal las dos manos son diestras. El príncipe pide, y también el juez, una recompensa, El grande habla de lo que desea su alma, Y juntos lo traman. (Miqueas 7:3)
Vinieron también unos recaudadores de impuestos para ser bautizados, y le dijeron: "Maestro, ¿qué haremos?" (Lucas 3:12)
a los que por la perseverancia en hacer el bien buscan gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; (Romanos 2:7)