Nueva Biblia Latinoamericana
Imponente eres, oh Dios, desde Tu santuario. El Dios mismo de Israel da fortaleza y poder al pueblo. ¡Bendito sea Dios! (Salmos 68:35)
Para el director del coro; según "Los Lirios." Salmo de David. Sálvame, oh Dios, Porque las aguas me han llegado hasta el alma. (Salmos 69:1)
Me he hundido en cieno profundo, y no hay donde apoyar el pie; He llegado a lo profundo de las aguas, y la corriente me cubre. (Salmos 69:2)
Cansado estoy de llorar; reseca está mi garganta; Mis ojos desfallecen mientras espero a mi Dios.
Más que los cabellos de mi cabeza son los que sin causa me aborrecen; Poderosos son los que quieren destruirme, Sin razón son mis enemigos, Me hacen devolver aquello que no robé. (Salmos 69:4)
Oh Dios, Tú conoces mi insensatez, Y mis transgresiones no Te son ocultas. (Salmos 69:5)
¡No se avergüencen de mí los que en Ti esperan, oh Señor, DIOS de los ejércitos! ¡No sean humillados por mí los que Te buscan, oh Dios de Israel! (Salmos 69:6)

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Salmos 69:3 - Referencia Cruzada

Mis ojos se consumen por las lágrimas, Hierven mis entrañas; Mi hiel se derrama por tierra, A causa de la destrucción de la hija de mi pueblo (Jerusalén), Cuando niños y lactantes desfallecen En las calles de la ciudad. (Lamentaciones 2:11)
Pero los ojos de los malvados languidecerán, Y no habrá escape para ellos; Su esperanza es dar su último suspiro." (Job 11:20)
Como un tiesto se ha secado mi vigor, Y la lengua se me pega al paladar; Me has puesto en el polvo de la muerte. (Salmos 22:15)
Mis ojos desfallecen esperando Tu palabra, Mientras digo: ¿Cuándo me consolarás? (Salmos 119:82)
Y ahora, Señor, ¿qué espero? En Ti está mi esperanza. (Salmos 39:7)
Después de esto, sabiendo Jesús que todo ya se había consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: "Tengo sed." (Juan 19:28)
Cristo, en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que Lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente. (Hebreos 5:7)
Desfallecen mis ojos por Tu salvación Y por la promesa de Tu justicia. (Salmos 119:123)
Cansado estoy de mis gemidos; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Con mis lágrimas riego mi cama. (Salmos 6:6)
Mi rostro está enrojecido por el llanto, Y cubren mis párpados densa oscuridad, (Job 16:16)
Para el director del coro. Salmo de David. ¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás de mí Tu rostro? (Salmos 13:1)
Dios mío, de día clamo y no respondes; Y de noche, pero no hay para mí reposo. (Salmos 22:2)
La integridad y la rectitud me preserven, Porque en Ti espero. (Salmos 25:21)
Y por comida me dieron hiel, Y para mi sed me dieron a beber vinagre. (Salmos 69:21)
Como una golondrina, como una grulla, así me quejo, Gimo como una paloma. Mis ojos miran ansiosamente a las alturas. Oh Señor, estoy oprimido, sé Tú mi ayudador. (Isaías 38:14)
Tus hijos y tus hijas serán dados a otro pueblo, mientras tus ojos miran y desfallecen por ellos continuamente, pero no habrá nada que puedas hacer. (Deuteronomio 28:32)