Nueva Biblia Latinoamericana
SEÑOR, hazme saber mi fin, Y cuál es la medida de mis días, Para que yo sepa cuán efímero soy. (Salmos 39:4)
Tú has hecho mis días muy breves, Y mi existencia es como nada delante de Ti; Ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo. (Selah) (Salmos 39:5)
Sí, como una sombra anda el hombre; Ciertamente en vano se afana; Acumula riquezas, y no sabe quién las recogerá. (Salmos 39:6)
Y ahora, Señor, ¿qué espero? En Ti está mi esperanza.
Líbrame de todas mis transgresiones; No me hagas la burla de los necios. (Salmos 39:8)
Mudo me he quedado, no abro la boca, Porque Tú eres el que ha obrado. (Salmos 39:9)
Quita de mí Tu plaga; Por la dureza de Tu mano estoy pereciendo. (Salmos 39:10)

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Salmos 39:7 - Referencia Cruzada

Y el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo. (Romanos 15:13)
Había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón. Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él. (Lucas 2:25)
¡Tu salvación espero, oh Señor! (Génesis 49:18)
Caf. Mi alma desfallece por Tu salvación; En Tu palabra espero. (Salmos 119:81)
Aunque El me mate, En El esperaré. Sin embargo defenderé mis caminos delante de El; (Job 13:15)
Espero Tu salvación, SEÑOR, Y cumplo Tus mandamientos. (Salmos 119:166)
Espero en el SEÑOR; en El espera mi alma, Y en Su palabra tengo mi esperanza. (Salmos 130:5)
Porque en Ti espero, oh SEÑOR; Tú responderás, Señor, Dios mío. (Salmos 38:15)