Nueva Biblia Latinoamericana
Porque sin causa me tendieron su red; Sin causa cavaron fosa para mi alma. (Salmos 35:7)
Que venga destrucción sobre él sin darse cuenta, Y la red que él mismo tendió lo prenda, ¡Que caiga en esa misma destrucción! (Salmos 35:8)
Y mi alma se regocijará en el SEÑOR; En Su salvación se gozará. (Salmos 35:9)
Dirán todos mis huesos: "SEÑOR, ¿quién como Tú, Que libras al afligido de aquél que es más fuerte que él, Sí, al afligido y al necesitado de aquél que lo despoja?"
Se levantan testigos malvados, Y de lo que no sé me preguntan. (Salmos 35:11)
Me devuelven mal por bien Para aflicción de mi alma. (Salmos 35:12)
Pero yo, cuando ellos estaban enfermos, vestía de cilicio; Humillé mi alma con ayuno, Y mi oración se repetía en mi pecho. (Salmos 35:13)

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Salmos 35:10 - Referencia Cruzada

Soy derramado como agua, Y todos mis huesos están descoyuntados; Mi corazón es como cera; Se derrite en medio de mis entrañas. (Salmos 22:14)
¿Quién no Te temerá, oh Rey de las naciones? Porque esto se Te debe. Porque entre todos los sabios de las naciones, Y en todos sus reinos, No hay nadie como Tú. (Jeremías 10:7)
Pero El salva al pobre de la espada en sus bocas, Y de la mano del poderoso. (Job 5:15)
Porque Tu justicia, oh Dios, alcanza hasta los cielos, Tú que has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como Tú? (Salmos 71:19)
Tú lo has visto, porque has contemplado la malicia y el maltrato, para hacer justicia con Tu mano. A Ti se acoge el desvalido; Tú has sido amparo del huérfano. (Salmos 10:14)
El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos es quebrantado. (Salmos 34:20)
Porque el SEÑOR oye a los necesitados Y no desprecia a los suyos que están presos. (Salmos 69:33)
¿A quién, pues, asemejarán a Dios, O con qué semejanza Lo compararán? (Isaías 40:18)
No robes al pobre, porque es pobre, Ni aplastes al afligido en la puerta; (Proverbios 22:22)
Hazme oír gozo y alegría, Haz que se regocijen los huesos que has quebrantado. (Salmos 51:8)
No hay nadie como Tú entre los dioses, oh Señor, Ni hay obras como las Tuyas. (Salmos 86:8)
Porque, ¿quién en el firmamento se puede comparar al SEÑOR? ¿Quién entre los hijos de los poderosos es como el SEÑOR, (Salmos 89:6)
Porque mis días han sido consumidos en humo, Y como brasero han sido quemados mis huesos. (Salmos 102:3)
¿A quién, pues, ustedes Me harán semejante Para que Yo sea su igual?" dice el Santo. (Isaías 40:25)
¿Quién como Tú entre los dioses, oh SEÑOR? ¿Quién como Tú, majestuoso en santidad, Temible en las alabanzas, haciendo maravillas? (Éxodo 15:11)
El hombre es castigado también con dolor en su lecho, Y con queja continua en sus huesos, (Job 33:19)
Yo sé que el SEÑOR sostendrá la causa del afligido, Y el derecho de los pobres. (Salmos 140:12)
Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo. (Salmos 18:17)
Porque El no ha despreciado ni aborrecido la aflicción del angustiado, Ni le ha escondido Su rostro; Sino que cuando clamó al SEÑOR, lo escuchó. (Salmos 22:24)
Ha considerado la oración de los menesterosos, Y no ha despreciado su plegaria. (Salmos 102:17)
Este pobre clamó, y el SEÑOR le oyó, Y lo salvó de todas sus angustias. (Salmos 34:6)
Porque El está a la diestra del pobre, Para salvarlo de los que juzgan su alma. (Salmos 109:31)
Mientras callé mi pecado , mi cuerpo se consumió Con mi gemir durante todo el día. (Salmos 32:3)
Los impíos han sacado la espada y entesado el arco Para abatir al afligido y al necesitado, Para matar a los de recto proceder. (Salmos 37:14)
Nada hay sano en mi carne a causa de Tu indignación; En mis huesos no hay salud a causa de mi pecado. (Salmos 38:3)