Nueva Biblia Latinoamericana
No estés lejos de mí, porque la angustia está cerca, Pues no hay nadie que ayude. (Salmos 22:11)
Muchos toros me han rodeado; Toros fuertes de Basán me han cercado. (Salmos 22:12)
Avidos abren su boca contra mí, Como un león que despedaza y ruge. (Salmos 22:13)
Soy derramado como agua, Y todos mis huesos están descoyuntados; Mi corazón es como cera; Se derrite en medio de mis entrañas.
Como un tiesto se ha secado mi vigor, Y la lengua se me pega al paladar; Me has puesto en el polvo de la muerte. (Salmos 22:15)
Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malhechores; Me horadaron las manos y los pies. (Salmos 22:16)
Puedo contar todos mis huesos; Ellos me miran, me observan. (Salmos 22:17)

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Salmos 22:14 - Referencia Cruzada

Y ahora en mí se derrama mi alma; Días de aflicción se han apoderado de mí. (Job 30:16)
¡Vacía está! Sí, desolada y desierta. Los corazones se derriten y las rodillas tiemblan; Hay también angustia en todo el cuerpo, Y los rostros de todos han palidecido. (Nahúm 2:10)
Tomó con El a Pedro, a Jacobo (Santiago) y a Juan, y comenzó a afligirse y a angustiarse mucho. (Marcus 14:33)
Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra. (Lucas 22:44)
Puedo contar todos mis huesos; Ellos me miran, me observan. (Salmos 22:17)
Entonces les dijo: "Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quédense aquí y velen junto a Mí." (Mateo 26:38)
Ahora Mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: 'Padre, sálvame de esta hora'? Pero para esto he llegado a esta hora. (Juan 12:27)
Es Dios el que ha hecho desmayar mi corazón, Y el Todopoderoso el que me ha perturbado; (Job 23:16)
Como se disipa el humo, disípalos ; Como la cera se derrite delante del fuego, Así perezcan los impíos delante de Dios. (Salmos 68:2)
Entonces el rostro del rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, las coyunturas de sus caderas se le relajaron y sus rodillas comenzaron a chocar una contra otra. (Daniel 5:6)
Los hombres de Hai hirieron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los persiguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada. El corazón del pueblo desfalleció y se hizo como agua. (Josué 7:5)
Pues mi vida se gasta en tristeza Y mis años en suspiros; Mis fuerzas se agotan a causa de mi iniquidad, Y se ha consumido mi cuerpo. (Salmos 31:10)