Nueva Biblia Latinoamericana
Por tanto, miren, Yo les envío profetas, sabios y escribas. A algunos de ellos, ustedes los matarán y crucificarán, y a otros los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad, (Mateo 23:34)
para que recaiga sobre ustedes la culpa de toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Berequías, a quien ustedes asesinaron entre el templo y el altar. (Mateo 23:35)
En verdad les digo que todo esto vendrá sobre esta generación. (Mateo 23:36)
¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!
Por tanto, la casa de ustedes se les deja desierta. (Mateo 23:38)
Porque les digo que desde ahora en adelante no Me verán más hasta que digan: 'BENDITO AQUEL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.'" (Mateo 23:39)
Cuando Jesús salió del templo, y se iba, se acercaron Sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. (Mateo 24:1)

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Mateo 23:37 - Referencia Cruzada

Con Sus plumas te cubre, Y bajo Sus alas hallas refugio; Escudo y baluarte es Su fidelidad. (Salmos 91:4)
Porque he llamado y han rehusado oír , He extendido mi mano y nadie ha hecho caso. (Proverbios 1:24)
Para el director del coro; según tonada de "No Destruyas." Mictam de David, en la cueva, cuando huía de Saúl. Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí, Porque en Ti se refugia mi alma; En la sombra de Tus alas me ampararé Hasta que la destrucción pase. (Salmos 57:1)
Pues Mi pueblo se mantiene infiel contra Mí; Aunque ellos (los profetas) lo llaman para que se vuelva al Altísimo, Ninguno Lo exalta. (Oseas 11:7)
Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los testigos de Jesús. Al verla, me asombré grandemente. (Apocalipsis 17:6)
Pero ellos conspiraron contra Zacarías, y por orden del rey lo mataron a pedradas en el atrio de la casa del SEÑOR. (2 Crónicas 24:21)
¡Cuán preciosa es, oh Dios, Tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de Tus alas. (Salmos 36:7)
Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon. (Mateo 21:35)
Volvió a enviar otro siervo; y ellos también a éste, después de golpearlo y ultrajarlo, lo enviaron con las manos vacías. (Lucas 20:11)
Ustedes, que son tercos e incircuncisos de corazón y de oídos, resisten siempre al Espíritu Santo; como hicieron sus padres, así hacen también ustedes. (Hechos 7:51)
En vano he herido a sus hijos, No han aceptado corrección. La espada de ustedes ha devorado a sus profetas Como león destructor. (Jeremías 2:30)
Y trajeron a Urías de Egipto y lo llevaron al rey Joacim, quien lo mató a espada y echó su cadáver a la fosa común. (Jeremías 26:23)
Que el SEÑOR recompense tu obra y que tu pago sea completo de parte del SEÑOR, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte." (Rut 2:12)
Lava de maldad tu corazón, Jerusalén, Para que seas salvada. ¿Hasta cuándo morarán dentro de ti Pensamientos perversos? (Jeremías 4:14)
No sean como sus padres, a quienes los antiguos profetas proclamaron, diciendo: 'Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Vuélvanse ahora de sus malos caminos y de sus malas obras."'" Pero no Me escucharon ni Me hicieron caso,' declara el SEÑOR. (Zacarías 1:4)
Y envió a sus siervos a llamar a los que habían sido invitados a las bodas, pero no quisieron venir. (Mateo 22:3)
Así dice el SEÑOR: "Párense en los caminos y miren, Y pregunten por los senderos antiguos, Cuál es el buen camino, y anden por él; Y hallarán descanso para sus almas. Pero dijeron: 'No andaremos en él.' (Jeremías 6:16)
y los demás, echando mano a los siervos, los maltrataron y los mataron. (Mateo 22:6)
Sé precavida, oh Jerusalén, No sea que mi alma se aleje de ti; No sea que Yo te convierta en desolación, En tierra despoblada." (Jeremías 6:8)
Estos mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas, y a nosotros nos expulsaron, y no agradan a Dios sino que son contrarios a todos los hombres, (1 Tesalonicenses 2:15)
Como un águila que despierta su nidada, Que revolotea sobre sus polluelos, Extendió Sus alas y los tomó, Los llevó sobre Su plumaje. (Deuteronomio 32:11)
¿Por qué cuando vine no había nadie, Y cuando llamé no había quien respondiera? ¿Acaso es tan corta Mi mano que no puede rescatar, O no tengo poder para librar? Con Mi reprensión seco el mar, Convierto los ríos en desierto. Sus peces huelen mal por falta de agua, Mueren de sed. (Isaías 50:2)
Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara. (Lucas 15:28)
También les he enviado a todos Mis siervos los profetas, enviándolos repetidas veces, a decirles: 'Vuélvase ahora cada uno de su mal camino, enmienden sus obras y no vayan tras otros dioses para adorarlos, y habitarán en la tierra que les he dado, a ustedes y a sus padres; pero no me prestaron atención, ni Me escucharon. (Jeremías 35:15)
y dicen: 'Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas.' (Mateo 23:30)
Pero ellos, echándole mano, lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías. (Marcus 12:3)
A la hora de la cena envió a su siervo a decir a los que habían sido invitados: 'Vengan, porque ya todo está preparado.' (Lucas 14:17)
Porque bien advertí a sus padres el día que los hice subir de la tierra de Egipto, y hasta hoy los he amonestado con insistencia, diciéndoles: "Escuchen Mi voz (Obedézcanme)." (Jeremías 11:7)
Pero fueron desobedientes y se rebelaron contra Ti, Echaron Tu ley a sus espaldas, Mataron a Tus profetas que los amonestaban (les testificaban) Para que se volvieran a Ti; Y cometieron grandes blasfemias. (Nehemías 9:26)
El SEÑOR, Dios de sus padres, les envió palabra repetidas veces por Sus mensajeros, porque El tenía compasión de Su pueblo y de Su morada. (2 Crónicas 36:15)
y Jeremías les dijo: "Así dice el SEÑOR, Dios de Israel, a quien me enviaron para presentar delante de El la súplica de ustedes: (Jeremías 42:9)
Oye, pueblo Mío, y te amonestaré. ¡Oh Israel, si tú Me oyeras! (Salmos 81:8)
Desde el año trece de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta hoy, en estos veintitrés años ha venido a mí la palabra del SEÑOR, y les he hablado repetidas veces, pero no han escuchado. (Jeremías 25:3)
Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes. (Mateo 5:12)
Guárdame como a la niña de Tus ojos; Escóndeme a la sombra de Tus alas (Salmos 17:8)
Cuanto más los llamaban los profetas , Tanto más se alejaban de ellos; Seguían sacrificando a los Baales Y quemando incienso a los ídolos. (Oseas 11:2)
Porque Tú has sido mi ayuda, Y a la sombra de Tus alas canto gozoso. (Salmos 63:7)
¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! (Lucas 13:34)
Con todo, les envié a todos Mis siervos los profetas repetidas veces, diciéndoles: "No hagan ahora esta cosa abominable que Yo aborrezco." (Jeremías 44:4)
Cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará. (Apocalipsis 11:7)
Pero sus ciudadanos lo odiaban, y enviaron una delegación tras él, diciendo: 'No queremos que éste reine sobre nosotros.' (Lucas 19:14)