Inclina Tu oído, Dios mío, y escucha. Abre Tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual se invoca Tu nombre. Pues no es por nuestros propios méritos que presentamos nuestras súplicas delante de Ti, sino por Tu gran compasión.
(Daniel 9:18)¡Oh Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y actúa! ¡No tardes, por amor de Ti mismo, Dios mío! Porque Tu nombre se invoca sobre Tu ciudad y sobre Tu pueblo."
(Daniel 9:19)Aún estaba yo hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi súplica delante del Señor mi Dios por el santo monte de mi Dios,
(Daniel 9:20)todavía estaba yo hablando en oración, cuando Gabriel, el hombre a quien había visto en la visión al principio, se me acercó, estando yo muy cansado, como a la hora de la ofrenda de la tarde.
Me instruyó, y me dijo: "Daniel, he salido ahora para darte sabiduría y entendimiento.
(Daniel 9:22)Al principio de tus súplicas se dio la orden, y he venido para explicártela , porque eres muy estimado. Pon atención a la orden y entiende la visión.
(Daniel 9:23)Setenta semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el lugar santísimo.
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Daniel 9:21 - Referencia Cruzada
¿No son todos ellos espíritus ministradores, enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación?
(Hebreos 1:14)Ofrecerás uno de los corderos por la mañana y el otro cordero lo ofrecerás al atardecer.
(Éxodo 29:39)De repente se le apareció un ángel del Señor, y una luz brilló en la celda; y el ángel tocó a Pedro en el costado, y lo despertó diciéndole: "Levántate pronto." Y las cadenas se cayeron de las manos de Pedro.
(Hechos 12:7)Y uno semejante a un hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: "Señor mío, a causa de la visión me ha invadido la angustia y me he quedado sin fuerzas.
(Daniel 10:16)Y oí una voz de hombre entre las márgenes del Río Ulai, que gritaba: "Gabriel, explícale a éste la visión."
(Daniel 8:16)De los ángeles dice: "EL QUE HACE A SUS ANGELES, ESPIRITUS, Y A SUS MINISTROS, LLAMA DE FUEGO."
(Hebreos 1:7)Bendigan al SEÑOR, ustedes Sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutan Su mandato, Obedeciendo la voz de Su palabra.
(Salmos 103:20)Y los seres vivientes corrían de un lado a otro como el fulgor del relámpago.
(Ezequiel 1:14)Cierto día Pedro y Juan subían al templo a la hora novena (3 p.m.), la hora de la oración.
(Hechos 3:1)Por encima de El había serafines. Cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban.
(Isaías 6:2)Entonces, una mano me tocó, y me hizo temblar sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.
(Daniel 10:10)Como a la hora novena (3 p.m.), vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba a donde él estaba y le decía: "Cornelio."
(Hechos 10:3)Que hace de los vientos Sus mensajeros, Y de las llamas de fuego Sus ministros.
(Salmos 104:4)Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar como al mediodía.
(Hechos 10:9)Mientras él hablaba conmigo, caí en un sueño profundo con mi rostro en tierra. El me tocó y me hizo incorporar donde yo estaba.
(Daniel 8:18)Y a la hora de ofrecerse el sacrificio de la tarde , el profeta Elías se acercó y dijo: "Oh SEÑOR, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que Tú eres Dios en Israel, que yo soy Tu siervo y que he hecho todas estas cosas por palabra Tuya.
(1 Reyes 18:36)Entonces se reunieron conmigo todos los que temblaban ante las palabras del Dios de Israel por causa de la infidelidad de los desterrados, y estuve sentado atónito hasta la ofrenda de la tarde.
(Esdras 9:4)Y alrededor de la hora novena (3 p.m.), Jesús exclamó a gran voz, diciendo: "ELI, ELI, ¿LEMA SABACTANI?" Esto es: "DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?"
(Mateo 27:46)El ángel le respondió: "Yo soy Gabriel, que estoy en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas.
(Lucas 1:19)Entonces el que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez y me fortaleció,
(Daniel 10:18)Así eran sus caras. Sus alas se extendían por encima; con dos se tocaban entre sí y con dos cubrían su cuerpo.
(Ezequiel 1:11)Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas.
(Isaías 6:6)