¡Oh Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y actúa! ¡No tardes, por amor de Ti mismo, Dios mío! Porque Tu nombre se invoca sobre Tu ciudad y sobre Tu pueblo."
(Daniel 9:19)Aún estaba yo hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi súplica delante del Señor mi Dios por el santo monte de mi Dios,
(Daniel 9:20)todavía estaba yo hablando en oración, cuando Gabriel, el hombre a quien había visto en la visión al principio, se me acercó, estando yo muy cansado, como a la hora de la ofrenda de la tarde.
(Daniel 9:21)Me instruyó, y me dijo: "Daniel, he salido ahora para darte sabiduría y entendimiento.
Al principio de tus súplicas se dio la orden, y he venido para explicártela , porque eres muy estimado. Pon atención a la orden y entiende la visión.
(Daniel 9:23)Setenta semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el lugar santísimo.
(Daniel 9:24)Has de saber y entender que desde la salida de la orden para restaurar y reconstruir a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas. Volverá a ser edificada, con plaza y foso, pero en tiempos de angustia.
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Daniel 9:22 - Referencia Cruzada
Sin embargo, te declararé lo que está inscrito en el libro de la verdad, pero no hay nadie que se mantenga firme a mi lado contra estas fuerzas, sino Miguel, el príncipe de ustedes.
(Daniel 10:21)Y oí una voz de hombre entre las márgenes del Río Ulai, que gritaba: "Gabriel, explícale a éste la visión."
(Daniel 8:16)Entonces dije: "¿Quiénes son éstos, señor mío?" Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: "Te mostraré quienes son éstos."
(Zacarías 1:9)Entonces pregunté al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué son éstos, señor mío?"
(Zacarías 6:4)Setenta semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el lugar santísimo.
(Daniel 9:24)Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: "Proclama, diciendo: 'Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Estoy celoso en gran manera por Jerusalén y por Sion.
(Zacarías 1:14)Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo. Y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompeta que hablaba conmigo, decía: "Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas."
(Apocalipsis 4:1)