Nueva Biblia Latinoamericana
Su rugido es como de leona, ruge como leoncillos. Gruñe y atrapa la presa, Y se la lleva sin que nadie la libre. (Isaías 5:29)
En aquel día gruñirá sobre ella como el bramido del mar. Si se mira hacia la tierra, hay tinieblas y angustia; Aun la luz es oscurecida por sus nubes. (Isaías 5:30)
En el año de la muerte del rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y la orla de Su manto llenaba el templo. (Isaías 6:1)
Por encima de El había serafines. Cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban.
Y el uno al otro daba voces, diciendo: "Santo, Santo, Santo, es el SEÑOR de los ejércitos, Llena está toda la tierra de Su gloria." (Isaías 6:3)
Y se estremecieron los cimientos de los umbrales a la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. (Isaías 6:4)
Entonces dije: "¡Ay de mí! Porque perdido estoy, Pues soy hombre de labios inmundos Y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, Porque mis ojos han visto al Rey, el SEÑOR de los ejércitos." (Isaías 6:5)

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Isaías 6:2 - Referencia Cruzada

Respondió Micaías: "Por tanto, escuche la palabra del SEÑOR. Yo vi al SEÑOR sentado en Su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a El, a Su derecha y a Su izquierda. (1 Reyes 22:19)
Y oí el ruido de sus alas cuando andaban, como el estruendo de muchas aguas, como la voz del Todopoderoso (Shaddai), un ruido de tumulto como el ruido de un campamento militar. Cada vez que se detenían, bajaban sus alas. (Ezequiel 1:24)
Un día, cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse delante del SEÑOR, Satanás (el adversario) vino también entre ellos. (Job 1:6)
Todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes. Estos cayeron sobre sus rostros delante del trono y adoraron a Dios, (Apocalipsis 7:11)
Cada uno tenía cuatro caras y cada uno cuatro alas, y había una semejanza de manos de hombre debajo de sus alas. (Ezequiel 10:21)
Porque los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, y los querubines cubrían el arca y sus barras por encima. (1 Reyes 8:7)
Sus alas se tocaban una a la otra y sus caras no se volvían cuando andaban. Cada uno iba de frente hacia adelante. (Ezequiel 1:9)
Bendigan al SEÑOR, ustedes Sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutan Su mandato, Obedeciendo la voz de Su palabra. (Salmos 103:20)
Entonces Abram se postró sobre su rostro y Dios habló con él: (Génesis 17:3)
Y añadió: "Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob." Entonces Moisés se cubrió el rostro, porque tenía temor de mirar a Dios. (Éxodo 3:6)
Colocó los querubines en medio de la casa interior; las alas de los querubines se extendían de modo que el ala del uno tocaba una pared y el ala del otro querubín tocaba la otra pared. Sus otras dos alas se tocaban ala con ala en el centro de la casa. (1 Reyes 6:27)
Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con su manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva. Y una voz vino a él y le preguntó: "¿Qué haces aquí, Elías?" (1 Reyes 19:13)
Un río de fuego corría, Saliendo de delante de El. Miles de millares Le servían, Y miríadas de miríadas (innumerables) estaban en pie delante de El. El tribunal se sentó, Y se abrieron los libros. (Daniel 7:10)
Que hace de los vientos Sus mensajeros, Y de las llamas de fuego Sus ministros. (Salmos 104:4)
Toda la multitud del pueblo estaba afuera orando a la hora de la ofrenda de incienso. (Lucas 1:10)
Después vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua, y pueblo, (Apocalipsis 14:6)
Mientras miraba, vi que venía del norte un viento huracanado, una gran nube con fuego fulgurante y un resplandor a su alrededor. En su centro había algo como un metal refulgente en medio del fuego. (Ezequiel 1:4)
Los querubines tenían extendidas las alas hacia arriba, cubriendo el propiciatorio con sus alas, uno frente al otro. Los rostros de los querubines estaban vueltos hacia el propiciatorio. (Éxodo 37:9)
Un ala del querubín tenía 2.25 metros y la otra ala del querubín 2.25 metros. Desde la punta de una de sus alas hasta la punta de la otra de sus alas había 4.5 metros. (1 Reyes 6:24)
Dios no confía ni aún en Sus mismos siervos; Y a Sus ángeles atribuye errores. (Job 4:18)
De los ángeles dice: "EL QUE HACE A SUS ANGELES, ESPIRITUS, Y A SUS MINISTROS, LLAMA DE FUEGO." (Hebreos 1:7)
Entonces miré, y oí volar un águila en medio del cielo, que decía a gran voz: "¡Ay, ay, ay, de los que habitan en la tierra, a causa de los toques de trompeta que faltan, que los otros tres ángeles están para tocar!" (Apocalipsis 8:13)
Si Dios no confía en Sus santos, Y ni los cielos son puros ante Sus ojos; (Job 15:15)
Los querubines tendrán extendidas las alas hacia arriba, cubriendo el propiciatorio con sus alas, uno frente al otro. Los rostros de los querubines estarán vueltos hacia el propiciatorio. (Éxodo 25:20)
Cada uno de ellos tenía cuatro caras, y cuatro alas. (Ezequiel 1:6)
Cuando los querubines andaban, las ruedas andaban a su lado; y cuando los querubines alzaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se apartaban de su lado. (Ezequiel 10:16)
Dios es muy temido en el consejo de los santos, E imponente sobre todos los que están en Su derredor? (Salmos 89:7)
Y éste habló, y dijo a los que estaban delante de él: "Quítenle las ropas sucias." Y a él le dijo: "Mira, he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré con ropas de gala." (Zacarías 3:4)
Los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir: "SANTO, SANTO, SANTO, es EL SEÑOR DIOS, EL TODOPODEROSO, el que era, el que es y el que ha de venir." (Apocalipsis 4:8)
todavía estaba yo hablando en oración, cuando Gabriel, el hombre a quien había visto en la visión al principio, se me acercó, estando yo muy cansado, como a la hora de la ofrenda de la tarde. (Daniel 9:21)
Así eran sus caras. Sus alas se extendían por encima; con dos se tocaban entre sí y con dos cubrían su cuerpo. (Ezequiel 1:11)
Cabalgó sobre un querubín, y voló; Y rápido voló sobre las alas del viento. (Salmos 18:10)
Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas. (Isaías 6:6)