Nueva Biblia Latinoamericana
Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, Desde la eternidad hasta la eternidad. Amén y amén. (Salmos 41:13)
Para el director del coro. Masquil de los hijos de Coré. Como el ciervo anhela las corrientes de agua, Así suspira por Ti, oh Dios, el alma mía. (Salmos 42:1)
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? (Salmos 42:2)
Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche, Mientras me dicen todo el día: "¿Dónde está tu Dios?"
Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí; De cómo iba yo con la multitud y la guiaba hasta la casa de Dios, Con voz de alegría y de acción de gracias, con la muchedumbre en fiesta. (Salmos 42:4)
¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarlo otra vez Por la salvación de Su presencia. (Salmos 42:5)
Dios mío, mi alma está en mí deprimida; Por eso me acuerdo de Ti desde la tierra del Jordán, Y desde las cumbres del Hermón, desde el Monte Mizar. (Salmos 42:6)

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Salmos 42:3 - Referencia Cruzada

¿Por qué han de decir las naciones: "¿Dónde está su Dios?" Sea notoria entre las naciones, a nuestra vista, La venganza por la sangre derramada de Tus siervos. (Salmos 79:10)
Que se encomiende al SEÑOR; que El lo libre; Que El lo rescate, puesto que en El se deleita. (Salmos 22:8)
Porque he comido cenizas por pan, Y con lágrimas he mezclado mi bebida, (Salmos 102:9)
Muchos dicen de mi: "Para él no hay salvación en Dios." (Selah) (Salmos 3:2)
Como quien quebranta mis huesos, mis adversarios me afrentan, Mientras me dicen todo el día: "¿Dónde está tu Dios?" (Salmos 42:10)
Entre el pórtico y el altar, Lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, Y digan: "Perdona, oh SEÑOR, a Tu pueblo, Y no entregues Tu heredad al oprobio, A la burla entre las naciones. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: 'Dónde está su Dios?'" (Joel 2:17)
¿Por qué han de decir las naciones: ¿Dónde está ahora su Dios? (Salmos 115:2)
Les has dado a comer pan de lágrimas, Y les has hecho beber lágrimas en gran abundancia. (Salmos 80:5)
Quizá el SEÑOR mire mi aflicción y me devuelva bien por su maldición de hoy." (2 Samuel 16:12)
Y devuelve a nuestros vecinos siete veces en su seno La afrenta con que Te han ofendido, Señor. (Salmos 79:12)
Entonces mi enemiga lo verá, Y se cubrirá de vergüenza la que me decía: "¿Dónde está el SEÑOR tu Dios?" Mis ojos la contemplarán; Entonces será pisoteada Como el lodo de las calles. (Miqueas 7:10)