Nueva Biblia Latinoamericana
Porque lo que hago, no lo entiendo. Porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo que aborrezco, eso hago. (Romanos 7:15)
Y si lo que no quiero hacer, eso hago, estoy de acuerdo con la Ley, reconociendo que es buena. (Romanos 7:16)
Así que ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. (Romanos 7:17)
Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno. Porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no.
Pues no hago el bien que deseo, sino el mal que no quiero, eso practico. (Romanos 7:19)
Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. (Romanos 7:20)
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí. (Romanos 7:21)

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Romanos 7:18 - Referencia Cruzada

Pues si ustedes siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se Lo pidan?" (Lucas 11:13)
No es que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. (Filipenses 3:12)
¿Quién hará algo limpio de lo inmundo? ¡Nadie! (Job 14:4)
Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, (Gálatas 5:19)
Todos nosotros somos como el inmundo, Y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas. Todos nos marchitamos como una hoja, Y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran. (Isaías 64:6)
Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. (Gálatas 5:24)
El SEÑOR percibió el aroma agradable, y dijo el SEÑOR para sí: "Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, porque la intención del corazón del hombre es mala desde su juventud. Nunca más volveré a destruir todo ser viviente como lo he hecho. (Génesis 8:21)
Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención. (Filipenses 2:13)
Yo nací en iniquidad, Y en pecado me concibió mi madre. (Salmos 51:5)
Pues no hago el bien que deseo, sino el mal que no quiero, eso practico. (Romanos 7:19)
Pues lo que la Ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo : enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, (Romanos 8:3)
Antes bien, vístanse del Señor Jesucristo, y no piensen en proveer para las lujurias de la carne. (Romanos 13:14)
Que esté pronta Tu mano a socorrerme, Porque Tus preceptos he escogido. (Salmos 119:173)
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen. (Gálatas 5:17)
Y El les dio vida a ustedes, que estaban muertos en (a causa de) sus delitos y pecados, (Efesios 2:1)
El SEÑOR vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal. (Génesis 6:5)
Porque lo que hago, no lo entiendo. Porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo que aborrezco, eso hago. (Romanos 7:15)
Apártense de mí, malhechores, Para que guarde yo los mandamientos de mi Dios. (Salmos 119:115)
Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, (Marcus 7:21)
¡Ojalá mis caminos sean afirmados Para guardar Tus estatutos! (Salmos 119:5)
Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado. (Romanos 7:25)
para vivir el tiempo que le queda en la carne, ya no para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios. (1 Pedro 4:2)
Yo anhelo Tus preceptos; Vivifícame por Tu justicia. (Salmos 119:40)
¿Cómo puede un hombre, pues, ser justo con Dios? ¿O cómo puede ser limpio el que nace de mujer? (Job 25:4)
Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas despertadas por la Ley, actuaban en los miembros de nuestro cuerpo a fin de llevar fruto para muerte. (Romanos 7:5)
Me he descarriado como oveja perdida; busca a Tu siervo, Porque no me olvido de Tus mandamientos. (Salmos 119:176)
Por el camino de Tus mandamientos correré, Porque Tú ensancharás mi corazón. (Salmos 119:32)
Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias. (Mateo 15:19)
Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. (Juan 3:6)
¿Qué es el hombre para que sea puro, O el nacido de mujer para que sea justo? (Job 15:14)
Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. (Tito 3:3)