Nueva Biblia Latinoamericana
También Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán, Pelaías, y los Levitas, explicaban la ley al pueblo mientras el pueblo permanecía en su lugar. (Nehemías 8:7)
Y leyeron en el Libro de la Ley de Dios, interpretándolo y dándole el sentido para que entendieran la lectura. (Nehemías 8:8)
Entonces Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, el sacerdote y escriba, y los Levitas que enseñaban al pueblo, dijeron a todo el pueblo: "Este día es santo para el SEÑOR su Dios; no se entristezcan, ni lloren." Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley. (Nehemías 8:9)
También les dijo: "Vayan, coman de la grasa, beban de lo dulce, y manden raciones a los que no tienen nada preparado; porque este día es santo para nuestro Señor. No se entristezcan, porque la alegría del SEÑOR es la fortaleza de ustedes."
Los Levitas calmaron a todo el pueblo diciéndole: "Callen, porque el día es santo, no se entristezcan." (Nehemías 8:11)
Entonces todo el pueblo se fue a comer, a beber, a mandar porciones y a celebrar una gran fiesta, porque comprendieron las palabras que les habían enseñado. (Nehemías 8:12)
Al segundo día los jefes de casas paternas de todo el pueblo, los sacerdotes y los Levitas se reunieron junto al escriba Esdras para entender las palabras de la ley. (Nehemías 8:13)

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Nehemías 8:10 - Referencia Cruzada

y tú te alegrarás, y también el Levita y el extranjero que está en medio de ti, por todo el bien que el SEÑOR tu Dios te ha dado a ti y a tu casa. (Deuteronomio 26:11)
Alégrese Israel en su Creador; Regocíjense los hijos de Sion en su Rey. (Salmos 149:2)
Si he impedido a los pobres su deseo, O he hecho desfallecer los ojos de la viuda, (Job 31:16)
Hijos de Sion, regocíjense Y alégrense en el SEÑOR su Dios; Porque El les ha dado la lluvia temprana (de otoño) para su vindicación, Y les ha hecho descender la lluvia, La lluvia temprana y la tardía (de primavera) como en el principio. (Joel 2:23)
En gran manera me gozaré en el SEÑOR, Mi alma se regocijará en mi Dios. Porque El me ha vestido de ropas de salvación, Me ha envuelto en manto de justicia Como el novio se engalana con una corona, Como la novia se adorna con sus joyas. (Isaías 61:10)
El desierto y el lugar desolado se alegrarán, Y se regocijará el Arabá y florecerá; Como el azafrán (Isaías 35:1)
Con él tocó mi boca, y me dijo: "Esto ha tocado tus labios, y es quitada tu iniquidad y perdonado tu pecado." (Isaías 6:7)
Y en aquel día dirás: "Te doy gracias, oh SEÑOR, Porque aunque estabas enojado conmigo, Tu ira se ha apartado Y me has consolado. (Isaías 12:1)
Porque en esos días los Judíos se libraron de sus enemigos, y fue para ellos un mes que se convirtió de tristeza en alegría y de duelo en día festivo. Los harían días de banquete y de regocijo, para que se enviaran porciones de comida unos a otros e hicieran donativos a los pobres. (Ester 9:22)
Pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad. (2 Corintios 8:2)
Den más bien lo que está dentro como obra de caridad, y entonces todo les será limpio. (Lucas 11:41)
No hay nada mejor para el hombre que comer y beber y decirse que su trabajo es bueno. Yo he visto que también esto es de la mano de Dios. (Eclesiastés 2:24)
Vete, come tu pan con gozo, Y bebe tu vino con corazón alegre, Porque Dios ya ha aprobado tus obras. (Eclesiastés 9:7)
además, sé que todo hombre que coma y beba y vea lo bueno en todo su trabajo, que eso es don de Dios. (Eclesiastés 3:13)
Por eso los Judíos de las áreas rurales, que habitan en las ciudades abiertas (sin murallas), proclaman el día catorce del mes de Adar día festivo para regocijarse, hacer banquetes y enviarse porciones de comida unos a otros. (Ester 9:19)
A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos. (1 Timoteo 6:17)
He entrado en mi huerto, hermana mía, esposa mía ; He recogido mi mirra con mi bálsamo. He comido mi panal y mi miel; He bebido mi vino y mi leche. Coman, amigos; Beban y embriáguense, oh amados." (Cantares 5:1)
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; En El confía mi corazón, y soy socorrido; Por tanto, mi corazón se regocija, Y Le daré gracias con mi cántico. (Salmos 28:7)
Esto es lo que yo he visto que es bueno y conveniente: comer, beber y gozarse uno de todo el trabajo en que se afana bajo el sol en los contados días de la vida que Dios le ha dado; porque ésta es su recompensa. (Eclesiastés 5:18)
Reparte tu porción con siete, o aun con ocho, Porque no sabes qué mal puede venir sobre la tierra. (Eclesiastés 11:2)
Acerca de esto, tres veces he rogado al Señor para que lo quitara de mí. (2 Corintios 12:8)
El corazón alegre es buena medicina, Pero el espíritu quebrantado seca los huesos. (Proverbios 17:22)