Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces él volvió su rostro hacia la pared y oró al SEÑOR, diciendo: (2 Reyes 20:2)
Te ruego, oh SEÑOR, que Te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante de Ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante Tus ojos." Y Ezequías lloró amargamente. (2 Reyes 20:3)
Y antes que Isaías hubiera salido del patio central, vino a él la palabra del SEÑOR, diciendo: (2 Reyes 20:4)
Vuelve y dile a Ezequías, príncipe de Mi pueblo: 'Así dice el SEÑOR, Dios de tu padre David: "He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; entonces te sanaré. Al tercer día subirás a la casa del SEÑOR.
Y añadiré quince años a tu vida, y te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria; y defenderé esta ciudad por amor a Mí mismo y por amor a Mi siervo David."'" (2 Reyes 20:6)
Entonces Isaías dijo: "Tomen una masa de higos." La tomaron y la pusieron sobre la úlcera, y sanó. (2 Reyes 20:7)
Y Ezequías dijo a Isaías: "¿Cuál será la señal de que el SEÑOR me sanará, y de que subiré a la casa del SEÑOR al tercer día?" (2 Reyes 20:8)

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La historia del rey Ezequías y su poderosa oración nos enseña sobre el poder de la oración y la voluntad de Dios de escuchar y responder a nuestras necesidades. Debemos ser apasionados y entregados en nuestra relación con Dios, clamando y orando con insistencia en momentos de paz y bonanza para prepararnos para la guerra espiritual que vendrá en momentos de crisis. La oración debe ser hecha en el mejor ambiente y momento posible para uno mismo, y es importante la concentración, visualización y detalles específicos en las peticiones a Dios.


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II Crónicas 29
La historia de Israel en los libros de Samuel, Reyes y Crónicas provee modelos de vida y enseñanzas espirituales. El rey Ezequías es un ejemplo de un hombre recto y con pasión por Dios que fue prosperado. El fundamento de la vida de una persona y de una nación debe ser espiritual. El avivamiento en Estados Unidos debe comenzar por la casa de Dios y por una determinación firme de seguir al Señor en integridad y pasión. El avivamiento vendrá cuando nos apasionemos por Dios y lo amemos por encima de todo.


2 Reyes 20:5 - Referencia Cruzada

YO SOY EL DIOS DE ABRAHAM, Y EL DIOS DE ISAAC, Y EL DIOS DE JACOB'? El no es Dios de muertos, sino de vivos." (Mateo 22:32)
Así que Dios está con nosotros a la cabeza, y Sus sacerdotes con las trompetas de aviso para tocar la alarma contra ustedes. ¡Oh Israelitas!, no luchen contra el SEÑOR, Dios de sus padres, porque nada lograrán." (2 Crónicas 13:12)
Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo. (Salmos 126:5)
Entonces Natán dijo a David: "Haga todo lo que está en su corazón, porque Dios está con usted." (1 Crónicas 17:2)
¿Está alguien entre ustedes enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor. (Santiago 5:14)
Y Dios les dijo: "Si escuchas atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, y haces lo que es recto ante Sus ojos, y escuchas Sus mandamientos, y guardas todos Sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los Egipcios. Porque Yo, el SEÑOR, soy tu sanador." (Éxodo 15:26)
Sana a los quebrantados de corazón Y venda sus heridas. (Salmos 147:3)
Inclinen su oído y vengan a Mí, Escuchen y vivirá su alma. Y haré con ustedes un pacto eterno, Conforme a las fieles misericordias mostradas a David. (Isaías 55:3)
Después de esto Jesús lo halló en el templo y le dijo: "Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor." (Juan 5:14)
Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan. (Lucas 1:13)
Vean ahora que Yo, Yo soy el Señor, Y fuera de Mí no hay dios. Yo hago morir y hago vivir. Yo hiero y Yo sano, Y no hay quien pueda librar de Mi mano. (Deuteronomio 32:39)
¿Qué daré al SEÑOR Por todos Sus beneficios para conmigo? (Salmos 116:12)
Entonces Natán dijo al rey: "Vaya, haga todo lo que está en su corazón, porque el SEÑOR está con usted." (2 Samuel 7:3)
Entraré en Tu casa con holocaustos; A Ti cumpliré mis votos, (Salmos 66:13)
Escucha mi oración, oh SEÑOR, y presta oído a mi clamor; No guardes silencio ante mis lágrimas; Porque extranjero soy junto a Ti, Peregrino, como todos mis padres. (Salmos 39:12)
Tú has tomado en cuenta mi vida errante; Pon mis lágrimas en Tu frasco; ¿Acaso no están en Tu libro? (Salmos 56:8)
No moriré, sino que viviré, Y contaré las obras del SEÑOR. (Salmos 118:17)
Porque en el octavo año de su reinado, siendo aún joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el año doce empezó a purificar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, de las Aseras, de las imágenes talladas y de las imágenes fundidas. (2 Crónicas 34:3)
Entonces Ezequías había preguntado: "¿Cuál será la señal de que subiré a la casa del SEÑOR?" (Isaías 38:22)
Mañana como a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín, lo ungirás para que sea príncipe sobre Mi pueblo Israel, y él librará a Mi pueblo del dominio de los Filisteos. Porque Yo he visto la aflicción de Mi pueblo, pues su clamor ha llegado hasta Mí." (1 Samuel 9:16)
Ve y dile a Ezequías: 'Así dice el SEÑOR, Dios de tu padre David: "He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; voy a añadir quince años a tus días. (Isaías 38:5)
Entonces Samuel tomó el frasco de aceite, la derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: "¿No te ha ungido el SEÑOR por príncipe sobre Su heredad? (1 Samuel 10:1)
¡Oh Tú, que escuchas la oración! Hasta Ti viene todo hombre. (Salmos 65:2)
Entonces Isaías, hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías: "Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'Lo que Me has rogado acerca de Senaquerib, rey de Asiria, he escuchado.' (2 Reyes 19:20)
Porque convenía que Aquél para quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos. (Hebreos 2:10)
No," respondió; "más bien yo vengo ahora como capitán del ejército del SEÑOR." Y Josué se postró en tierra, le hizo reverencia, y dijo: "¿Qué tiene que decirle mi señor a su siervo?" (Josué 5:14)
Pero ciertamente Dios me ha oído; El atendió a la voz de mi oración. (Salmos 66:19)
Ya desde antes, cuando Saúl aún era rey sobre nosotros, usted era el que guiaba a Israel en sus salidas y entradas. Y el SEÑOR le dijo: 'Tú pastorearás a Mi pueblo Israel, y serás príncipe sobre Israel.'" (2 Samuel 5:2)
Entonces Isaías dijo: "Tomen una masa de higos." La tomaron y la pusieron sobre la úlcera, y sanó. (2 Reyes 20:7)
El hombre es castigado también con dolor en su lecho, Y con queja continua en sus huesos, (Job 33:19)
pues el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos." (Apocalipsis 7:17)