Nueva Biblia Latinoamericana
Te ruego, oh SEÑOR, que Te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante de Ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante Tus ojos." Y Ezequías lloró amargamente. (2 Reyes 20:3)
Y antes que Isaías hubiera salido del patio central, vino a él la palabra del SEÑOR, diciendo: (2 Reyes 20:4)
Vuelve y dile a Ezequías, príncipe de Mi pueblo: 'Así dice el SEÑOR, Dios de tu padre David: "He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; entonces te sanaré. Al tercer día subirás a la casa del SEÑOR. (2 Reyes 20:5)
Y añadiré quince años a tu vida, y te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria; y defenderé esta ciudad por amor a Mí mismo y por amor a Mi siervo David."'"
Entonces Isaías dijo: "Tomen una masa de higos." La tomaron y la pusieron sobre la úlcera, y sanó. (2 Reyes 20:7)
Y Ezequías dijo a Isaías: "¿Cuál será la señal de que el SEÑOR me sanará, y de que subiré a la casa del SEÑOR al tercer día?" (2 Reyes 20:8)
Respondió Isaías: "Esta será la señal del SEÑOR para ti, de que el SEÑOR hará lo que ha dicho: ¿avanzará la sombra diez grados o retrocederá diez grados?" (2 Reyes 20:9)

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2 Reyes 20:6 - Referencia Cruzada

Así salvó el SEÑOR a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de mano de Senaquerib, rey de Asiria, y de mano de todos los demás, y los guió por todas partes. (2 Crónicas 32:22)
Por tanto, así dice el Señor, DIOS de los ejércitos: "Pueblo Mío que moras en Sion, no temas al Asirio que te hiere con vara y levanta su báculo contra ti a la manera de Egipto. (Isaías 10:24)
Estimada a los ojos del SEÑOR Es la muerte de Sus santos. (Salmos 116:15)
Porque defenderé esta ciudad para salvarla por amor a Mí mismo y por amor a Mi siervo David.'" (2 Reyes 19:34)
diciendo: 'No temas, Pablo; has de comparecer ante el César; pero ahora, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.' (Hechos 27:24)