Los Arameos, que habían salido en bandas, habían tomado cautiva a una muchacha muy joven de la tierra de Israel, y ella estaba al servicio de la mujer de Naamán.
(2 Reyes 5:2)Y ella dijo a su señora: "¡Ah, si mi señor estuviera con el profeta que está en Samaria! El entonces lo curaría de su lepra."
(2 Reyes 5:3)Entonces Naamán fue y habló a su señor el rey diciéndole: "Esto y esto ha dicho la muchacha que es de la tierra de Israel."
(2 Reyes 5:4)Y el rey de Aram le dijo: "Ve ahora, y enviaré una carta al rey de Israel." Y él fue y llevó consigo 340 kilos de plata y 6,000 siclos (68.4 kilos) de oro y diez mudas de ropa.
También llevó al rey de Israel la carta que decía: "Y cuando llegue a ti esta carta, comprenderás que te he enviado a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra."
(2 Reyes 5:6)Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestidos, y dijo: "¿Acaso soy yo Dios, para dar muerte y para dar vida, para que éste me mande a decir que cure a un hombre de su lepra? Consideren ahora esto y vean cómo busca pleito conmigo."
(2 Reyes 5:7)Al oír Eliseo, el hombre de Dios, que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió aviso al rey diciéndole: "¿Por qué ha rasgado sus vestidos? Que venga él a mí ahora, y sabrá que hay profeta en Israel."
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2 Reyes 5:5 - Referencia Cruzada
Y se dijeron unos a otros: "Vamos, fabriquemos ladrillos y cozámoslos bien." Y usaron ladrillo en lugar de piedra y asfalto en lugar de mezcla.
(Génesis 11:3)Los ancianos de Moab y los ancianos de Madián fueron con el precio de la adivinación en la mano; y llegaron a Balaam, y le repitieron las palabras de Balac.
(Números 22:7)porque en verdad te honraré en gran manera, y haré cualquier cosa que me digas. Ven, pues, te ruego, y maldíceme a este pueblo.'"
(Números 22:17)El rey de Israel dijo a sus siervos: "¿Saben que Ramot de Galaad nos pertenece, y no estamos haciendo nada para quitarla de mano del rey de Aram?"
(1 Reyes 22:3)Y él dijo: "Todo está bien. Mi señor me ha enviado, diciendo: 'En este mismo momento dos jóvenes de los hijos de los profetas han venido a mí de la región montañosa de Efraín. Te ruego que les des 34 kilos de plata y dos mudas de ropa.'"
(2 Reyes 5:22)¡Oigan ahora, ricos! Lloren y aúllen por las miserias que vienen sobre ustedes.
(Santiago 5:1)Ahora pues, huye a tu lugar. Yo dije que te colmaría de honores, pero mira, el SEÑOR te ha privado de honores."
(Números 24:11)Entonces me dije: "Ven ahora, te probaré con el placer; diviértete." Y resultó que también esto era vanidad.
(Eclesiastés 2:1)A todos ellos les dio mudas de ropa, pero a Benjamín le dio 300 monedas de plata y cinco mudas de ropa.
(Génesis 45:22)Entonces el rey dijo al hombre de Dios: "Ven conmigo a casa y refréscate, y te daré una recompensa."
(1 Reyes 13:7)Oigan ahora, ustedes que dicen: "Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia."
(Santiago 4:13)Y el rey dijo a Hazael: "Toma un presente en tu mano y ve al encuentro del hombre de Dios y consulta al SEÑOR por medio de él, diciendo: '¿Sanaré de esta enfermedad?'"
(2 Reyes 8:8)Vamos, bajemos y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el lenguaje del otro."
(Génesis 11:7)Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero,
(Hechos 8:18)Entonces Sansón les dijo: "Permítanme proponerles ahora una adivinanza. Y si en verdad me lo declaran dentro de los siete días del banquete, y lo descifran, entonces les daré treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa.
(Jueces 14:12)Entonces Saúl dijo a su criado: "Pero, si vamos, ¿qué le llevaremos al hombre? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado y no hay presente para llevar al hombre de Dios. ¿Qué tenemos?"
(1 Samuel 9:7)Y vino un hombre de Baal Salisa y trajo al hombre de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada y espigas de grano nuevo en su bolsa. Y él dijo: "Dáselos a la gente para que coman."
(2 Reyes 4:42)Ahora pues, dejen que les diga Lo que Yo he de hacer a Mi viña: "Quitaré su vallado y será consumida; Derribaré su muro y será pisoteada.
(Isaías 5:5)