Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando el rey oyó la palabra que el hombre de Dios había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar y dijo: "¡Préndanlo!" Pero la mano que extendió contra él se le quedó rígida, de modo que no podía volverla hacia sí. (1 Reyes 13:4)
El altar se rompió y las cenizas se derramaron del altar, conforme a la señal que el hombre de Dios había dado por palabra del SEÑOR. (1 Reyes 13:5)
El rey respondió al hombre de Dios: "Te ruego que supliques al SEÑOR tu Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada." El hombre de Dios suplicó al SEÑOR y la mano del rey le fue restaurada, y quedó como antes. (1 Reyes 13:6)
Entonces el rey dijo al hombre de Dios: "Ven conmigo a casa y refréscate, y te daré una recompensa."
Pero el hombre de Dios dijo al rey: "Aunque usted me diera la mitad de su casa no iría con usted, tampoco comería pan ni bebería agua en este lugar. (1 Reyes 13:8)
Porque así se me ordenó por palabra del SEÑOR, que me dijo: 'No comerás pan, ni beberás agua, ni volverás por el camino que fuiste.'" (1 Reyes 13:9)
Y se fue por otro camino, no regresó por el camino por donde había ido a Betel. (1 Reyes 13:10)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Reyes 13:7":

Susan Combs
Sal de la cueva
Lección sobre la importancia de reconocer nuestros errores y tener una relación íntima con Dios, basada en la historia de Elías en 1 Reyes 18-19.


Dr. Roberto Miranda
Nuestra fe debe afectar todos los aspectos de nuestra vida
Consejos sobre cómo la fe debe afectar todos los aspectos de nuestra vida, desde nuestras creencias hasta nuestras decisiones públicas y políticas. Al renunciar al pecado y vivir según los principios espirituales, podemos recibir la bendición de Dios.


1 Reyes 13:7 - Referencia Cruzada

Entonces Manoa dijo al ángel del SEÑOR: "Permítenos detenerte y prepararte un cabrito." (Jueces 13:15)
Y lo llevó a su casa y dio forraje a los asnos. Ellos se lavaron los pies, comieron y bebieron. (Jueces 19:21)
Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, (Hechos 8:18)
Entonces Saúl dijo a su criado: "Pero, si vamos, ¿qué le llevaremos al hombre? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado y no hay presente para llevar al hombre de Dios. ¿Qué tenemos?" (1 Samuel 9:7)
pastoreen el rebaño de Dios entre ustedes, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero (no por ganancias deshonestas), sino con sincero deseo; (1 Pedro 5:2)
Como Jeremías aun no se volvía, le dijo: "Vuelve a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto para gobernar sobre las ciudades de Judá, y quédate con él en medio del pueblo; y si no, ve adonde te parezca más conveniente ir." Entonces el capitán de la guardia le dio una ración de alimentos y un regalo, y lo dejó ir. (Jeremías 40:5)
Yo traeré un pedazo de pan para que se alimenten y después sigan adelante, puesto que han visitado a su siervo." "Haz así como has dicho," dijeron ellos. (Génesis 18:5)
Cuando regresó al hombre de Dios con toda su compañía, fue y se puso delante de él, y le dijo: "Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Le ruego, pues, que reciba ahora un presente de su siervo." (2 Reyes 5:15)
¡Oh, si hubiera entre ustedes quien cerrara las puertas para que no encendieran Mi altar en vano! No me complazco en ustedes," dice el SEÑOR de los ejércitos "ni de su mano aceptaré ofrenda. (Malaquías 1:10)