Nueva Biblia Latinoamericana
Se levantó, pues, y comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. (1 Reyes 19:8)
Allí entró en una cueva y pasó en ella la noche; y vino a él la palabra del SEÑOR, y El le dijo: "¿Qué haces aquí, Elías?" (1 Reyes 19:9)
Y él respondió: "He tenido mucho celo por el SEÑOR, Dios de los ejércitos; porque los Israelitas han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela." (1 Reyes 19:10)
Entonces el SEÑOR le dijo: "Sal y ponte en el monte delante del SEÑOR." En ese momento el SEÑOR pasaba, y un grande y poderoso viento destrozaba los montes y quebraba las peñas delante del SEÑOR; pero el SEÑOR no estaba en el viento. Después del viento, un terremoto; pero el SEÑOR no estaba en el terremoto.
Después del terremoto, un fuego; pero el SEÑOR no estaba en el fuego. Y después del fuego, el susurro de una brisa apacible. (1 Reyes 19:12)
Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con su manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva. Y una voz vino a él y le preguntó: "¿Qué haces aquí, Elías?" (1 Reyes 19:13)
Entonces él respondió: "He tenido mucho celo por el SEÑOR, Dios de los ejércitos; porque los Israelitas han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela." (1 Reyes 19:14)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Reyes 19:11":

Susan Combs
Sal de la cueva
Lección sobre la importancia de reconocer nuestros errores y tener una relación íntima con Dios, basada en la historia de Elías en 1 Reyes 18-19.


Susan Combs
Salir de la cueva
Reflexión sobre la historia de Elías en la cueva y cómo podemos aplicarla a nuestra relación con Dios y nuestras dificultades emocionales.


Omar Soto
Dios susurra - puedes oirle?
Aprende a escuchar el susurro de Dios y confiar en Él en medio de las circunstancias difíciles. Este artículo explora la historia de Elías y la revelación de Dios a través de un silbo apacible y delicado, así como la presencia divina en la vida del autor a través de las mariposas.


Gilberto Samano
Dios - responda con fuego!
En este sermón, el pastor habla sobre la historia de Elías y cómo Dios respondió con fuego a su petición.


Dr. Roberto Miranda
Gran fé en Dios y gran incredulidad de personas que sólo miran el ahora
Este artículo habla sobre la importancia de creer en Dios y tener fe en su poder para cambiar situaciones difíciles. Se menciona la historia de Eliseo en Samaria y cómo representa la fe en Dios para cambiar situaciones imposibles. También se enfatiza la importancia de buscar más poder y autoridad profética de Dios para ser buscada por las autoridades civiles y religiosas de las ciudades y naciones.


Awilda Gonzalez
La sequía nos prepara para lo que viene
En este artículo, Awilda Gonzalez reflexiona sobre la historia bíblica de la sequía y cómo la fe y la obediencia de Elías lo llevaron a ser bendecido con la provisión divina. También destaca la importancia de aprender y crecer en fe durante las experiencias difíciles y confiar en Dios para la provisión y el cuidado soberano.


Dr. Roberto Miranda
Dale a Dios primero
En este sermón, el pastor habla sobre la importancia de darle a Dios el primer lugar en nuestra vida, la obediencia a Dios para activar nuestro poder en el Reino y su compromiso con el evangelismo regional en Nueva Inglaterra.


1 Reyes 19:11 - Referencia Cruzada

Hubo estremecimiento en el campamento, en el campo y entre todo el pueblo. Aun la guarnición y los de la avanzada se estremecieron, y la tierra tembló; fue un gran temblor. (1 Samuel 14:15)
Seis días después, Jesús tomó con El a Pedro, a Jacobo (Santiago) y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto. (Mateo 17:1)
Tembló la tierra; También se derramaron los cielos ante la presencia de Dios; El Sinaí mismo tembló delante de Dios, el Dios de Israel. (Salmos 68:8)
Y se produjo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendiendo del cielo, y acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella. (Mateo 28:2)
Su voz hizo temblar entonces la tierra, pero ahora El ha prometido, diciendo: "AUN UNA VEZ MAS, YO HARE TEMBLAR NO SOLO LA TIERRA, SINO TAMBIEN EL CIELO." (Hebreos 12:26)
Prepárate, pues, para la mañana, y sube temprano al Monte Sinaí, y allí preséntate a Mí en la cumbre del monte. (Éxodo 34:2)
El SEÑOR es lento para la ira y grande en poder, Y ciertamente el SEÑOR no dejará sin castigo al culpable. En el torbellino y la tempestad está Su camino, Y las nubes son el polvo de Sus pies. (Nahúm 1:3)
En ese momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las rocas se partieron; (Mateo 27:51)
Y el SEÑOR dijo a Moisés: "Sube hasta Mí, al monte, y espera allí, y te daré las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para instrucción de ellos." (Éxodo 24:12)
Continuó él, y me dijo: "Esta es la palabra del SEÑOR a Zorobabel: 'No por el poder ni por la fuerza, sino por Mi Espíritu,' dice el SEÑOR de los ejércitos. (Zacarías 4:6)
Y hubo relámpagos, voces (ruidos), y truenos. Hubo un gran terremoto tal como no lo había habido desde que el hombre está sobre la tierra; fue tan grande y poderoso el terremoto. (Apocalipsis 16:18)
Mientras miraba, vi que venía del norte un viento huracanado, una gran nube con fuego fulgurante y un resplandor a su alrededor. En su centro había algo como un metal refulgente en medio del fuego. (Ezequiel 1:4)
Que venga nuestro Dios y no calle; El fuego consume delante de El, Y a Su derredor hay gran tempestad. (Salmos 50:3)
Vi un gran trono blanco y a Aquél que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. (Apocalipsis 20:11)
El SEÑOR respondió a Job desde el torbellino y dijo: (Job 38:1)
Porque ustedes no se han acercado a un monte que se puede tocar, ni a fuego ardiente, ni a tinieblas, ni a oscuridad, ni a torbellino, (Hebreos 12:18)
Entonces pasó el SEÑOR por delante de él y proclamó: "El SEÑOR, el SEÑOR, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad (fidelidad); (Éxodo 34:6)
Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba. Cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. (Éxodo 20:18)
Entonces el SEÑOR dijo: "Hay un lugar junto a Mí, y tú estarás sobre la peña; (Éxodo 33:21)
Los montes tiemblan ante El, Y los collados se derriten. Sí, en Su presencia se levanta la tierra, El mundo y todos los que en él habitan. (Nahúm 1:5)
Y aconteció que al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un sonido tan fuerte de trompeta, que hizo temblar a todo el pueblo que estaba en el campamento. (Éxodo 19:16)
Moisés entró en medio de la nube, y subió al monte. Moisés estuvo en el monte cuarenta días y cuarenta noches. (Éxodo 24:18)
Y el SEÑOR hará oír la majestad de Su voz, Y dejará ver la descarga de Su brazo Con furia de ira y llama de fuego consumidor, Con turbión, aguacero y piedra de granizo. (Isaías 30:30)
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. (Mateo 24:7)
Pues cuando El recibió honor y gloria de Dios Padre, la Majestuosa Gloria Le hizo esta declaración: "Este es Mi Hijo amado en quien Me he complacido." (2 Pedro 1:17)
El SEÑOR descendió a la cumbre del Monte Sinaí. Entonces el SEÑOR llamó a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. (Éxodo 19:20)
El templo de Dios que está en el cielo fue abierto; y el arca de Su pacto se veía en Su templo, y hubo relámpagos, voces (ruidos) y truenos, y un terremoto y una fuerte granizada. (Apocalipsis 11:19)
Ustedes huirán al valle de Mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal. Huirán tal como huyeron a causa del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Entonces vendrá el SEÑOR mi Dios, y todos los santos con El. (Zacarías 14:5)
Dios viene de Temán, Y el Santo, del Monte Parán. (Selah) Su esplendor cubre los cielos, Y de Su alabanza está llena la tierra. (Habacuc 3:3)
Profeticé, pues, como me fue mandado; y mientras yo profetizaba hubo un ruido, y luego un estremecimiento, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. (Ezequiel 37:7)