y junto a él hay dos olivos, uno a la derecha del depósito y el otro a la izquierda."
(Zacarías 4:3)Continué, y dije al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué es esto señor mío?"
(Zacarías 4:4)Respondió el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: "¿No sabes qué es esto?" "No, señor mío," respondí.
(Zacarías 4:5)Continuó él, y me dijo: "Esta es la palabra del SEÑOR a Zorobabel: 'No por el poder ni por la fuerza, sino por Mi Espíritu,' dice el SEÑOR de los ejércitos.
¿Quién eres tú, oh gran monte? Ante Zorobabel, te convertirás en llanura; y él sacará la piedra clave entre aclamaciones de "¡Gracia, gracia a ella!"'"
(Zacarías 4:7)Las manos de Zorobabel han puesto los cimientos de esta casa, y sus manos la acabarán. Entonces sabrán que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a ustedes.
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Zacarías 4:6 - Referencia Cruzada
Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, se levantaron entonces y comenzaron a reedificar la casa de Dios en Jerusalén; y los profetas de Dios estaban con ellos apoyándolos.
(Esdras 5:2)El rey no se salva por gran ejército; Ni es librado el valiente por la mucha fuerza.
(Salmos 33:16)Hasta que se derrame sobre nosotros el Espíritu desde lo alto, El desierto se convierta en campo fértil Y el campo fértil sea considerado como bosque.
(Isaías 32:15)Sean fuertes y valientes; no teman ni se acobarden a causa del rey de Asiria, ni a causa de toda la multitud que está con él, porque el que está con nosotros es más poderoso que el que está con él.
(2 Crónicas 32:7)Ponga el SEÑOR, Dios de los espíritus de toda carne, un hombre sobre la congregación,
(Números 27:16)Entonces El me dijo: "Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos dicen: 'Nuestros huesos se han secado, y nuestra esperanza ha perecido. Estamos completamente destruidos.'
(Ezequiel 37:11)y mi mensaje (mi palabra) y mi predicación no fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,
(1 Corintios 2:4)A ellos les fue revelado que no se servían a sí mismos, sino a ustedes, en estas cosas que ahora les han sido anunciadas mediante los que les predicaron el evangelio (les anunciaron las buenas nuevas) por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas a las cuales los ángeles anhelan mirar.
(1 Pedro 1:12)Ahora sé que el SEÑOR salva a Su ungido; Le responderá desde Su santo cielo Con la potencia salvadora de Su diestra.
(Salmos 20:6)Pero Me compadeceré de la casa de Judá y los salvaré por el SEÑOR su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes."
(Oseas 1:7)Nuestra alma espera al SEÑOR; El es nuestra ayuda y nuestro escudo;
(Salmos 33:20)Porque entesaré a Judá como Mi arco, Y cargaré el arco con Efraín. Provocaré a tus hijos, oh Sion, Contra tus hijos, oh Grecia, Y te haré como espada de guerrero.
(Zacarías 9:13)Pues no fue por su espada que tomaron posesión de la tierra, Ni fue su brazo el que los salvó, Sino Tu diestra y Tu brazo, y la luz de Tu presencia, Porque Te complaciste en ellos.
(Salmos 44:3)¡Ay de los hijos rebeldes," declara el SEÑOR "que ejecutan planes, pero no los Míos, Y hacen alianza, pero no según Mi Espíritu, Para añadir pecado sobre pecado!
(Isaías 30:1)Pero ellos se rebelaron Y afligieron Su Santo Espíritu; Por lo cual El se convirtió en su enemigo Y peleó contra ellos.
(Isaías 63:10)Habla ahora a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac, y al remanente del pueblo:
(Hageo 2:2)Y reposará sobre El el Espíritu del SEÑOR, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de poder, Espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR.
(Isaías 11:2)Entonces Asa invocó al SEÑOR su Dios, y dijo: "SEÑOR, no hay nadie más que Tú para ayudar en la batalla entre el poderoso y los que no tienen fuerza. Ayúdanos, oh SEÑOR Dios nuestro, porque en Ti nos apoyamos y en Tu nombre hemos venido contra esta multitud. Oh SEÑOR, Tú eres nuestro Dios; que no prevalezca ningún hombre contra Ti."
(2 Crónicas 14:11)Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;
(2 Corintios 10:4)