Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces ella fue e hizo conforme a la palabra de Elías, y ella, él y la casa de ella comieron por muchos días. (1 Reyes 17:15)
La harina de la tinaja no se acabó ni se agotó el aceite de la vasija, conforme a la palabra que el SEÑOR había hablado por medio de Elías. (1 Reyes 17:16)
Pero sucedió que después de estas cosas, se enfermó el hijo de la mujer dueña de la casa; y su enfermedad fue tan grave que no quedó aliento en él. (1 Reyes 17:17)
Y ella le dijo a Elías: "¿Qué tengo que ver contigo, oh hombre de Dios? ¡Has venido para traer a memoria mis iniquidades y hacer morir a mi hijo!"
Dame a tu hijo," le respondió Elías. Y él lo tomó de su regazo y lo llevó a la cámara alta donde él vivía, y lo acostó en su propia cama. (1 Reyes 17:19)
Y clamó al SEÑOR: "Oh SEÑOR, Dios mío, ¿has traído también mal a la viuda con quien estoy hospedado haciendo morir a su hijo?" (1 Reyes 17:20)
Entonces se tendió tres veces sobre el niño, y clamó al SEÑOR: "Oh SEÑOR, Dios mío, Te ruego que el alma de este niño vuelva a él." (1 Reyes 17:21)

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1 Reyes 17:18 - Referencia Cruzada

Entonces se dijeron el uno al otro: "Verdaderamente somos culpables en cuanto a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia." (Génesis 42:21)
Entonces David dijo: "¿Qué tengo yo que ver con ustedes, hijos de Sarvia, para que en este día me sean adversarios? ¿Ha de morir hoy hombre alguno en Israel? ¿Acaso no sé que hoy soy rey sobre Israel?" (2 Samuel 19:22)
Pero fue para los Judíos como adivinación falsa a sus ojos, pues habían hecho juramentos solemnes. Pero él les hará recordar su iniquidad y serán apresados. (Ezequiel 21:23)
Vinieron a Jesús, y vieron al que había estado endemoniado, sentado, vestido y en su cabal juicio, el mismo que había tenido la legión; y tuvieron miedo. (Marcus 5:15)
y gritando a gran voz, dijo: "¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te imploro por Dios que no me atormentes." (Marcus 5:7)
¿Cuántas son mis iniquidades y pecados? Hazme conocer mi rebelión y mi pecado. (Job 13:23)
Al ver los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: "Quizá José guarde rencor contra nosotros, y de cierto nos devuelva todo el mal que le hicimos." (Génesis 50:15)
Así dirán a José: "Te ruego que perdones la maldad de tus hermanos y su pecado, porque ellos te trataron mal."' Y ahora, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre." Y José lloró cuando le hablaron. (Génesis 50:17)
Pero Necao le envió mensajeros, diciéndole: "¿Qué tenemos que ver el uno con el otro, oh rey de Judá? No vengo hoy contra ti, sino contra la casa con la que estoy en guerra, y Dios me ha ordenado que me apresure. Por tu propio bien, deja de oponerte a Dios, que está conmigo, para que El no te destruya." (2 Crónicas 35:21)
Pero el rey dijo: "¿Qué tengo yo que ver con ustedes, hijos de Sarvia? Si él maldice, y si el SEÑOR le ha dicho: 'Maldice a David,' ¿quién, pues, le dirá: '¿Por qué has hecho esto?'" (2 Samuel 16:10)
Sucedió que un hombre de Dios fue desde Judá a Betel (Casa de Dios) por palabra del SEÑOR, cuando Jeroboam estaba junto al altar para quemar incienso. (1 Reyes 13:1)
Y Jesús le dijo: "Mujer, ¿qué nos interesa esto a ti y a Mí? Todavía no ha llegado Mi hora." (Juan 2:4)
Samuel hizo lo que el SEÑOR dijo, y fue a Belén. Y los ancianos de la ciudad vinieron a su encuentro temblando y dijeron: "¿Vienes en paz?" (1 Samuel 16:4)
Déjanos. ¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién Tú eres: el Santo de Dios." (Lucas 4:34)
Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: "¿Qué tengo que ver con usted? Vaya a los profetas de su padre y a los profetas de su madre." Y el rey de Israel le dijo: "No, porque el SEÑOR ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab." (2 Reyes 3:13)
Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: "¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!" (Lucas 5:8)
Al oír esto, Herodes decía: "Juan, a quien yo decapité, ha resucitado." (Marcus 6:16)
Pues escribes contra mí cosas amargas, Y me haces responsable de las iniquidades de mi juventud. (Job 13:26)
Y él dijo: "¿Qué pecado he cometido, que entrega a su siervo en manos de Acab para que me mate? (1 Reyes 18:9)
Al ver a Jesús, gritó y cayó delante de El, y dijo en alta voz: "¿Qué tienes Tú que ver conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes." (Lucas 8:28)