No se había celebrado una Pascua como ésta en Israel desde los días del profeta Samuel. Tampoco ninguno de los reyes de Israel había celebrado una Pascua como la que celebró Josías con los sacerdotes, los Levitas y todos los de Judá e Israel que estaban presentes, y los habitantes de Jerusalén. (2 Crónicas 35:18)

Esta Pascua se celebró en el año dieciocho del reinado de Josías. (2 Crónicas 35:19)

Después de todo esto, cuando Josías había terminado de reparar el templo, Necao, rey de Egipto, subió para combatir en Carquemis junto al Eufrates, y Josías salió para enfrentarse a él. (2 Crónicas 35:20)

Sin embargo, Josías no quiso retirarse de él, sino que se disfrazó para combatir contra él. Tampoco escuchó las palabras de Necao que venían de boca de Dios, sino que vino a entablar batalla en la llanura de Meguido. (2 Crónicas 35:22)

Y los arqueros hirieron al rey Josías, y el rey dijo a sus siervos: "Llévenme, porque estoy gravemente herido." (2 Crónicas 35:23)

Sus siervos lo sacaron del carro y lo llevaron en el segundo carro que él tenía, y lo trajeron a Jerusalén donde murió, y fue sepultado en los sepulcros de sus padres. Y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Josías. (2 Crónicas 35:24)