Nueva Biblia Latinoamericana
Aquel mismo día dio una señal, y dijo: "Esta es la señal de que el SEÑOR ha hablado: 'El altar se romperá y las cenizas que están sobre él se derramarán.'" (1 Reyes 13:3)
Cuando el rey oyó la palabra que el hombre de Dios había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar y dijo: "¡Préndanlo!" Pero la mano que extendió contra él se le quedó rígida, de modo que no podía volverla hacia sí. (1 Reyes 13:4)
El altar se rompió y las cenizas se derramaron del altar, conforme a la señal que el hombre de Dios había dado por palabra del SEÑOR. (1 Reyes 13:5)
El rey respondió al hombre de Dios: "Te ruego que supliques al SEÑOR tu Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada." El hombre de Dios suplicó al SEÑOR y la mano del rey le fue restaurada, y quedó como antes.
Entonces el rey dijo al hombre de Dios: "Ven conmigo a casa y refréscate, y te daré una recompensa." (1 Reyes 13:7)
Pero el hombre de Dios dijo al rey: "Aunque usted me diera la mitad de su casa no iría con usted, tampoco comería pan ni bebería agua en este lugar. (1 Reyes 13:8)
Porque así se me ordenó por palabra del SEÑOR, que me dijo: 'No comerás pan, ni beberás agua, ni volverás por el camino que fuiste.'" (1 Reyes 13:9)

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1 Reyes 13:6 - Referencia Cruzada

No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien. (Romanos 12:21)
Pero a ustedes los que oyen, les digo: amen a sus enemigos; hagan bien a los que los aborrecen; (Lucas 6:27)
El Faraón dijo: "Los dejaré ir para que ofrezcan sacrificio al SEÑOR su Dios en el desierto, sólo que no vayan muy lejos. Oren por mí." (Éxodo 8:28)
Sin embargo el rey Sedequías envió a Jucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, a decir al profeta Jeremías: "Ruega ahora por nosotros al SEÑOR nuestro Dios." (Jeremías 37:3)
Y Jesús decía: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen." Y los soldados echaron suertes, repartiéndose entre sí Sus vestidos. (Lucas 23:34)
Entonces todo el pueblo dijo a Samuel: "Ruega por tus siervos al SEÑOR tu Dios para que no muramos, porque hemos añadido este mal a todos nuestros pecados al pedir para nosotros un rey." (1 Samuel 12:19)
Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: "Hemos pecado, porque hemos hablado contra el SEÑOR y contra ti; intercede con el SEÑOR para que quite las serpientes de entre nosotros." Y Moisés intercedió por el pueblo. (Números 21:7)
Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y dijo: "Rueguen al SEÑOR para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y yo dejaré ir al pueblo para que ofrezca sacrificios al SEÑOR." (Éxodo 8:8)
Y Moisés clamó al SEÑOR y dijo: "Oh Dios, sánala ahora, Te ruego." (Números 12:13)
Cayendo de rodillas, clamó en alta voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado." Habiendo dicho esto, durmió (expiró). (Hechos 7:60)
Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración (súplica) eficaz del justo puede lograr mucho. (Santiago 5:16)
y dijeron al profeta Jeremías: "Llegue ahora ante ti nuestra súplica, y ruega al SEÑOR tu Dios por nosotros, por todo este remanente, porque quedamos pocos de muchos que éramos, como pueden ver tus ojos, (Jeremías 42:2)
Por tanto, Yo entregaré a aquéllos de la sinagoga de Satanás que se dicen ser Judíos y no lo son, sino que mienten; Yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan que Yo te he amado. (Apocalipsis 3:9)
Ahora pues, les ruego que perdonen mi pecado sólo esta vez, y que rueguen al SEÑOR su Dios, para que quite de mí esta muerte." (Éxodo 10:17)
Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, (Mateo 5:44)
Pero Simón respondió: "Rueguen ustedes al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que han dicho." (Hechos 8:24)
Bendigan a los que los persiguen. Bendigan, y no maldigan. (Romanos 12:14)
Tomen también sus ovejas y sus vacas, como han dicho, y váyanse, y bendíganme también a mí." (Éxodo 12:32)
Entonces Moisés y Aarón salieron de la presencia de Faraón, y Moisés clamó al SEÑOR acerca de las ranas que El había puesto sobre Faraón. (Éxodo 8:12)
Rueguen al SEÑOR, porque ha habido ya suficientes truenos y granizo de parte de Dios. Los dejaré ir y no se quedarán más aquí." (Éxodo 9:28)
Y en cuanto a mí, lejos esté de mí que peque contra el SEÑOR cesando de orar por ustedes, antes bien, les instruiré en el camino bueno y recto. (1 Samuel 12:23)