Nueva Biblia Latinoamericana
Estando los Israelitas acampados en Gilgal, celebraron la Pascua en la noche del día catorce del mes en los llanos de Jericó. (Josué 5:10)
El día después de la Pascua, ese mismo día, comieron del producto de la tierra, panes sin levadura y cereal tostado. (Josué 5:11)
El maná cesó el día después que habían comido del producto de la tierra, y los Israelitas no tuvieron más maná, sino que comieron del producto de la tierra de Canaán durante aquel año. (Josué 5:12)
Cuando Josué estaba ya cerca de Jericó, levantó los ojos y vio que un hombre estaba frente a él con una espada desenvainada en la mano, y Josué fue hacia él y le dijo: "¿Es usted de los nuestros o de nuestros enemigos?"
No," respondió; "más bien yo vengo ahora como capitán del ejército del SEÑOR." Y Josué se postró en tierra, le hizo reverencia, y dijo: "¿Qué tiene que decirle mi señor a su siervo?" (Josué 5:14)
Entonces el capitán del ejército del SEÑOR dijo a Josué: "Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar donde estás es santo." Y así lo hizo Josué. (Josué 5:15)
Jericó estaba muy bien cerrada por miedo a los Israelitas. Nadie salía ni entraba. (Josué 6:1)

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Josué 5:13 - Referencia Cruzada

Y Manoa dijo a su mujer: "Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios." (Jueces 13:22)
Mientras Jesús ascendía, estando ellos mirando fijamente al cielo, se les presentaron dos hombres en vestiduras blancas, (Hechos 1:10)
Cuando Jacob alzó los ojos, vio que Esaú venía y 400 hombres con él. Entonces dividió a los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas. (Génesis 33:1)
En el vientre tomó a su hermano por el talón, Y en su madurez luchó con Dios. (Oseas 12:3)
Pues Mi ángel irá delante de ti y te llevará a la tierra del Amorreo, del Hitita, del Ferezeo, del Cananeo, del Heveo y del Jebuseo; y los destruiré por completo. (Éxodo 23:23)
En una visión nocturna vi un hombre que iba montado en un caballo rojo. El hombre estaba entre los mirtos que había en la quebrada, y detrás de él, caballos rojos, castaños y blancos. (Zacarías 1:8)
Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba. (Génesis 32:24)
Y el SEÑOR ordenó al ángel, y éste volvió su espada a la vaina. (1 Crónicas 21:27)
Entonces Manoa imploró al SEÑOR, y dijo: "Te ruego Señor, que el hombre de Dios que Tú enviaste venga otra vez a nosotros, para que nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer." (Jueces 13:8)
Cuando Abraham alzó los ojos y miró, había tres hombres parados frente a él. Al verlos corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, (Génesis 18:2)
Pero el SEÑOR dijo a Josué: "Mira, he entregado en tu mano a Jericó, y a su rey con sus valientes guerreros. (Josué 6:2)
alcé los ojos y miré, y había un hombre vestido de lino, cuya cintura estaba ceñida con un cinturón de oro puro de Ufaz. (Daniel 10:5)
Alcé, pues, mis ojos y miré que un carnero estaba delante del río. Tenía dos cuernos, y los dos cuernos eran altos, pero uno era más alto que el otro, y el más alto creció el último. (Daniel 8:3)
Esaú alzó sus ojos y vio a las mujeres y a los niños, y dijo: "¿Quiénes son éstos que vienen contigo?" "Son los hijos que Dios en su misericordia ha concedido a tu siervo," respondió Jacob. (Génesis 33:5)
Pero David no pudo ir allá, delante del altar, para consultar a Dios, porque estaba aterrado a causa de la espada del ángel del SEÑOR. (1 Crónicas 21:30)
Cuando el asna vio al ángel del SEÑOR de pie en el camino con la espada desenvainada en la mano, el asna se salió del camino y se fue por medio del campo; pero Balaam golpeó el asna para hacerla volver al camino. (Números 22:23)
Y David salió a su encuentro, y les dijo: "Si vienen a mí en paz para ayudarme, mi corazón se unirá con ustedes; pero si vienen para entregarme a mis enemigos, ya que no hay maldad en mis manos, que el Dios de nuestros padres lo vea y decida." (1 Crónicas 12:17)
Entonces el SEÑOR abrió los ojos de Balaam, y él vio al ángel del SEÑOR de pie en el camino, con la espada desenvainada en su mano, e inclinándose, se postró rostro en tierra; (Números 22:31)
En medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que Le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. (Apocalipsis 1:13)
David alzó sus ojos y vio al ángel del SEÑOR que estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en su mano, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de cilicio, cayeron sobre sus rostros. (1 Crónicas 21:16)
Manoa se levantó y siguió a su mujer, y cuando llegó al hombre, le dijo: "¿Eres el hombre que habló a la mujer?" "Yo soy," respondió él. (Jueces 13:11)