Nueva Biblia Latinoamericana
De los hijos de Gad, éstos fueron capitanes del ejército; el menor valía por 100 hombres y el mayor por 1,000. (1 Crónicas 12:14)
Estos son los que cruzaron el Jordán en el primer mes, cuando todas sus riberas estaban inundadas, y pusieron en fuga a todos los de los valles, tanto al oriente como al occidente. (1 Crónicas 12:15)
Entonces vinieron algunos de los hijos de Benjamín y Judá a David a la fortaleza. (1 Crónicas 12:16)
Y David salió a su encuentro, y les dijo: "Si vienen a mí en paz para ayudarme, mi corazón se unirá con ustedes; pero si vienen para entregarme a mis enemigos, ya que no hay maldad en mis manos, que el Dios de nuestros padres lo vea y decida."
Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, el cual dijo: "Tuyos somos, oh David, Y contigo estamos, hijo de Isaí. Paz, paz a ti, Y paz al que te ayuda; Ciertamente tu Dios te ayuda." Entonces David los recibió y los hizo capitanes del grupo. (1 Crónicas 12:18)
Algunos de Manasés se pasaron también a David, cuando éste iba con los Filisteos a la batalla contra Saúl. Pero éstos no les ayudaron, porque los príncipes de los Filisteos, después de tomar consejo, despidieron a David, diciendo: "A costa de nuestras cabezas se pasará a su señor Saúl." (1 Crónicas 12:19)
Y cuando David iba a Siclag, se pasaron a él de Manasés: Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletai, capitanes de miles que eran de Manasés. (1 Crónicas 12:20)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Crónicas 12:17":

Dr. Roberto Miranda
De la crisis a la bendición
El autor, Dr. Roberto Miranda, habla sobre cómo el capítulo 20 de Segundo de Crónicas de la Biblia puede ser un modelo para la vida cristiana en tiempos de crisis. Josafat y el pueblo de Judá buscaron a Dios a través de la oración y el ayuno en medio de una crisis nacional y fueron bendecidos con la victoria a través de la fe y la adoración. El artículo también menciona cómo la palabra Beraca se utiliza para describir un negocio cristiano en México y cómo la misma trayectoria de la crisis a la bendición puede ser nuestra si confiamos en Dios.


Isaías Rivera
El Rey ha mandado Su carro para buscarte
La historia de Mefi-boset y cómo el Rey David lo acogió en su mesa a pesar de su discapacidad, enseñando la importancia de reconocer el valor humano y ofrecer protección y seguridad.


1 Crónicas 12:17 - Referencia Cruzada

Solamente compórtense de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que ya sea que vaya a verlos, o que permanezca ausente, pueda oír que ustedes están firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio. (Filipenses 1:27)
Entonces Jonatán hizo un pacto con David, porque lo amaba como a sí mismo. (1 Samuel 18:3)
Levántate, oh SEÑOR, en Tu ira; Alzate contra la furia de mis adversarios, Y despiértate en favor mío; Tú has establecido juicio. (Salmos 7:6)
Por lo demás, hermanos, regocíjense, sean perfectos, confórtense, sean de un mismo sentir, vivan en paz, y el Dios de amor y paz estará con ustedes. (2 Corintios 13:11)
Entonces Adonías, hijo de Haguit, vino a Betsabé, madre de Salomón; y ella le dijo: "¿Vienes en paz?" "En paz," respondió él. (1 Reyes 2:13)
Les ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos se pongan de acuerdo (que hablen lo mismo), y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén enteramente unidos en un mismo sentir (de una misma mente) y en un mismo parecer. (1 Corintios 1:10)
La congregación (La multitud) de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común. (Hechos 4:32)
Para el director del coro; sobre una lira de ocho cuerdas. Salmo de David. Salva, SEÑOR, porque el piadoso deja de ser; Porque los fieles desaparecen de entre los hijos de los hombres. (Salmos 12:1)
Llegó Abner adonde estaba David, en Hebrón, y con él veinte hombres. Y David preparó un banquete para Abner y los hombres que lo acompañaban. (2 Samuel 3:20)
y les daré un solo corazón y un solo camino, para que Me teman siempre, para bien de ellos y de sus hijos después de ellos. (Jeremías 32:39)
El Dios de Abraham y el Dios de Nacor, Dios de sus padres, juzgue entre nosotros." Entonces Jacob juró por el que temía su padre Isaac. (Génesis 31:53)
Y aconteció que cuando David acabó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada al alma de David, y Jonatán lo amó como a sí mismo. (1 Samuel 18:1)
El SEÑOR pagará a cada uno según su justicia y su fidelidad; pues el SEÑOR lo entregó hoy en mi mano, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido del SEÑOR. (1 Samuel 26:23)
Samuel hizo lo que el SEÑOR dijo, y fue a Belén. Y los ancianos de la ciudad vinieron a su encuentro temblando y dijeron: "¿Vienes en paz?" (1 Samuel 16:4)
Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham, y temor de Isaac, no hubiera estado conmigo, ciertamente me hubieras enviado ahora con las manos vacías. Pero Dios ha visto mi aflicción y la labor de mis manos, y anoche hizo justicia." (Génesis 31:42)
Cuando Joram vio a Jehú, dijo: "¿Hay paz, Jehú?" Y él respondió: "¿Qué paz, mientras sean tantas las prostituciones de tu madre Jezabel y sus hechicerías?" (2 Reyes 9:22)
Pero cuando el arcángel Miguel luchaba contra el diablo y discutía acerca del cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: "El Señor te reprenda." (Judas 1:9)
Enséñame, oh SEÑOR, Tu camino; Andaré en Tu verdad; Unifica mi corazón para que tema Tu nombre. (Salmos 86:11)
Cuando partió de allí, Jehú se encontró con Jonadab, hijo de Recab, que venía a su encuentro, lo saludó y le dijo: "¿Es recto tu corazón como mi corazón es con el tuyo?" Y Jonadab respondió: "Lo es." Y Jehú dijo: " Si lo es, dame la mano." Y le dio su mano y lo hizo subir al carro. (2 Reyes 10:15)
Mire, padre mío, mire la orilla de su manto en mi mano. Puesto que corté la orilla de su manto y no lo maté, reconozca y vea que no hay maldad ni rebelión en mis manos y que no he pecado contra usted, a pesar de que usted acecha mi vida para quitármela. (1 Samuel 24:11)
y quien cuando Lo ultrajaban, no respondía ultrajando. Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquél que juzga con justicia. (1 Pedro 2:23)
Y el ángel del SEÑOR dijo a Satanás: "El SEÑOR te reprenda, Satanás. Repréndate el SEÑOR que ha escogido a Jerusalén. ¿No es éste un tizón arrebatado del fuego?" (Zacarías 3:2)