Nueva Biblia Latinoamericana
Estoy muy angustiado," David respondió a Gad. "Te ruego que me dejes caer en manos del SEÑOR, porque Sus misericordias son muy grandes; pero no caiga yo en manos de hombre." (1 Crónicas 21:13)
Así que el SEÑOR envió pestilencia sobre Israel, y cayeron 70,000 hombres de Israel. (1 Crónicas 21:14)
Después Dios envió un ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando estaba a punto de destruirla, el SEÑOR miró y sintió pesar por la calamidad, y dijo al ángel destructor: "Basta, detén ahora tu mano." Y el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Ornán el Jebuseo. (1 Crónicas 21:15)
David alzó sus ojos y vio al ángel del SEÑOR que estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en su mano, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de cilicio, cayeron sobre sus rostros.
Y David dijo a Dios: "¿No soy yo el que ordenó enumerar al pueblo? Ciertamente yo soy el que ha pecado y obrado muy perversamente, pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Oh SEÑOR, Dios mío, Te ruego que Tu mano sea contra mí y contra la casa de mi padre, pero no contra Tu pueblo, para que no haya plaga entre ellos." (1 Crónicas 21:17)
Luego el ángel del SEÑOR ordenó a Gad que dijera a David que subiera y edificara un altar al SEÑOR en la era de Ornán el Jebuseo. (1 Crónicas 21:18)
David subió según la palabra que Gad había hablado en nombre del SEÑOR. (1 Crónicas 21:19)

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1 Crónicas 21:16 - Referencia Cruzada

Pero ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: "Oh Dios, Dios de los espíritus de toda carne (de todo ser humano), cuando un hombre peque, ¿te enojarás con toda la congregación?" (Números 16:22)
Entonces el SEÑOR abrió los ojos de Balaam, y él vio al ángel del SEÑOR de pie en el camino, con la espada desenvainada en su mano, e inclinándose, se postró rostro en tierra; (Números 22:31)
Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones para guardar el camino del árbol de la vida. (Génesis 3:24)
Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. (Jonás 3:6)
Entonces Moisés y Aarón cayeron sobre sus rostros en presencia de toda la asamblea de la congregación de los Israelitas. (Números 14:5)
Pero yo, cuando ellos estaban enfermos, vestía de cilicio; Humillé mi alma con ayuno, Y mi oración se repetía en mi pecho. (Salmos 35:13)
Cuando el rey Ezequías oyó esto rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del SEÑOR. (2 Reyes 19:1)
El ángel de Dios que había ido delante del campamento de Israel, se apartó, e iba detrás de ellos. La columna de nube que había ido delante de ellos, se apartó, y se les puso detrás, (Éxodo 14:19)
Eliseo entonces oró, y dijo: "Oh SEÑOR, Te ruego que abras sus ojos para que vea." Y el SEÑOR abrió los ojos del criado, y miró que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo. (2 Reyes 6:17)
Cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sí y ayunó, se acostó con el cilicio y andaba abatido. (1 Reyes 21:27)
Cuando Josué estaba ya cerca de Jericó, levantó los ojos y vio que un hombre estaba frente a él con una espada desenvainada en la mano, y Josué fue hacia él y le dijo: "¿Es usted de los nuestros o de nuestros enemigos?" (Josué 5:13)