Nueva Biblia Latinoamericana
Pero no quise hacer nada sin tu consentimiento, para que tu bondad no fuera como por obligación, sino por tu propia voluntad. (Filemón 1:14)
Porque quizá por esto se apartó de ti por algún tiempo, para que lo volvieras a recibir para siempre, (Filemón 1:15)
ya no como esclavo, sino como más que un esclavo, como un hermano amado, especialmente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor. (Filemón 1:16)
Si me tienes, pues, por compañero, acéptalo como me aceptarías a mí.
Y si te ha perjudicado en alguna forma, o te debe algo, cárgalo a mi cuenta. (Filemón 1:18)
Yo, Pablo, escribo esto con mi propia mano. Yo lo pagaré (por no decirte que aun tú mismo te me debes a mí). (Filemón 1:19)
Sí, hermano, permíteme disfrutar este beneficio de ti en el Señor. Recrea (Conforta) mi corazón en Cristo. (Filemón 1:20)

Otras publicaciones relacionadas con "Filemón 1:17":

Dr. Roberto Miranda
Dios nos trata con una gran generosidad
En la Epístola a Filemón, Pablo habla sobre la generosidad y el amor de Dios hacia nosotros y cómo debemos mantener una tensión equilibrada entre ser siervos inútiles y hijos bendecidos en nuestra vida cristiana.


Dr. Roberto Miranda
Dios podría recibirnos como esclavos pero nos trata como hijos
En esta meditación, reflexionamos sobre la dualidad de nuestra identidad como siervos inútiles de Dios, pero también como hijos amados de Su Reino. author: Dr. Roberto Miranda, title: Dios podría recibirnos como esclavos pero nos trata como hijos, summary: En esta meditación, reflexionamos sobre la dualidad de nuestra identidad como siervos inútiles de Dios, pero también como hijos amados de Su Reino. A través de la Epístola de Pablo a Filemón, vemos cómo Dios nos trata con consideración y misericordia, aunque Él podría demandar lo que quisiera de nosotros. Debemos mantener estas dos vertientes en nuestra mente y acercarnos a Dios con audacia y atrevimiento, pero sin presumir de ser algo más de lo que somos. Que esta parábola siga enriqueciendo nuestro caminar en la fe en el Nombre de Jesús.


Filemón 1:17 - Referencia Cruzada

El que los recibe a ustedes, Me recibe a Mí; y el que Me recibe a Mí, recibe al que Me envió. (Mateo 10:40)
En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre ustedes; en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias y gloria de Cristo (el Mesías). (2 Corintios 8:23)
El Rey les responderá: 'En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron.' (Mateo 25:40)
Hermanos míos amados, escuchen: ¿No escogió Dios a los pobres de este mundo para ser ricos en fe y herederos del reino que El prometió a los que Lo aman? (Santiago 2:5)
Es justo que yo sienta esto acerca de todos ustedes, porque los llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones (mis cadenas) como en la defensa y confirmación del evangelio, todos ustedes son participantes conmigo de la gracia. (Filipenses 1:7)
Pero Jesús respondió al que Le informó: "¿Quién es Mi madre, y quiénes son Mis hermanos?" (Mateo 12:48)
a saber, que los Gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio (las buenas nuevas). (Efesios 3:6)
Lo que hemos visto y oído les proclamamos también a ustedes, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. En verdad nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. (1 Juan 1:3)
Por tanto, a los ancianos entre ustedes, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: (1 Pedro 5:1)
Y los que tienen amos que son creyentes, no les falten el respeto, porque son hermanos, sino sírvanles aún mejor, ya que son creyentes y amados los que se benefician de su servicio. Enseña y predica estos principios. (1 Timoteo 6:2)
Y te lo he vuelto a enviar en persona, es decir, como si fuera mi propio corazón. (Filemón 1:12)
Y el que reciba a un niño como éste en Mi nombre, Me recibe a Mí. (Mateo 18:5)
te ruego por mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones; (Filemón 1:10)
Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe. (Hebreos 3:1)
Cuando ella y su familia se bautizaron, nos rogó: "Si juzgan que soy fiel al Señor, vengan a mi casa y quédense en ella." Y nos persuadió a ir. (Hechos 16:15)
Porque somos hechos partícipes de Cristo, si es que retenemos firme hasta el fin el principio de nuestra seguridad. (Hebreos 3:14)